LENGUA DE TORTUGA/3

31 mayo, 2010

CAMBIAR EL MUNDO

Un joven idealista llamado Aiñil se sentó en un peñón que hay en la playa de Los Enamorados y estuvo allí tres días enteros, sin comer y sin beber, hasta que comprendió o inventó o recordó que era impotente para cambiar todo el mundo pero perfectamente capaz de cambiar parte de él. «Según la filosofía –se dijo– al cambiar una parte, el todo cambia; y, según la práctica, las cosas se hacen poco a poco». Y saltó del peñón. Y el mundo cambió al recibir su hermosa huella.

PABLO GONZ

 

Y la versión en gallego, debida a Loli Carril de Curtis (Coruña):

CAMBIAR O MUNDO

Un mozo idealista chamado Aiñil sentou nun penedo que hai na praia dos Namorados e estivo alí tres días enteiros, sen comer e sen beber, ata que comprendeu ou inventou ou lembrou que era impotente para cambiar todo o mundo pero perfectamente capaz de cambiar parte del. «Segundo a filosofía –díxose– ao cambiar unha parte, o todo cambia; e, segundo a práctica, as cousas fanse aos poucos». E saltou do penedo. E o mundo cambiou ao recibir a súa fermosa pegada.

 

Y en catalán, por Anna Pou de Llavorsí (Lleida):

CANVIAR EL MÓN

Un jove idealista anomenar Aiñil s’assegué sobre una penyal que hi ha a la platja dels Enamorats i s’estigué allí tres dies sencers, sense menjar ni beure, fins que va comprendre o inventar o recordar que era impotent per canviar tot el món però perfectament capaç per canviar una part d’aquest. «Segons la filosofia –es va dir– al canviar una part, el tot canvia; i, segons la pràctica, les coses es fan poc a poc». Va saltar del penyal. I el món canvià al rebre la seva bonica petjada.

LA SALIVA DEL TIGRE/3

28 mayo, 2010

Por urgencia se vende máquina del tiempo, modelo del año 3012.

PG

AQUI ENTRE NOSOTROS/3

27 mayo, 2010

–¿El árbol me mira?

–Sí.

–¿Y con qué ojos?

–Con los tuyos.

PG

EL JINETE

El vaquero de las botas negras, de los pantalones negros, de la cartuchera negra, de la camisa negra, de la cara negra, del sombrero negro se acerca con su negro caballo al portalón y lo ata de la brida. A sus espaldas declina un sol de oro que tiñe de oro los dorados trigales de la llanura y las últimas cortinas del cielo. Silba una negra canción el forastero para hacerse notar en la cantina pero nadie sale a recibirlo. Brama el viento del oeste agitando una bandera. Silencio. Dolor. Ausencia. «Soy el jinete que asoló estas tierras. Soy la peste, a la que nadie acaricia. Dejaron atrás su bandera, su trigo, sus casas. Se llevaron los caballos, las mulas, a los niños. Condenado a morir de sed por ser la muerte. Condenado a la soledad y a la ceguera. Soy el jinete del Apocalipsis. Temedme y hacéos a un lado».

PABLO GONZ

EL TRUENO

25 mayo, 2010

El Trueno era campesino pero sentía el mar como un pirata. Tenía la cara redonda, el pelo hirsuto, la barba cerrada; y en las manos llevaba tatuadas letras antiguas que le protegían de todo. Trabajaba con el hacha igual que yo con la pluma, araba con un solo buey y cuando le tocaba cargar animales muertos, siempre lo hacía burlándose de sus hermanos. Verle comer era asombroso.

Una vez, El Trueno y sus amigos nos sacaron de la zanja donde dormíamos y nos llevaron a lo alto de un monte. La luna asomaba a la izquierda, entre nubes de gasa. Delante respiraba el mar como un animal que se despierta. Y a nuestra derecha, se tendía la costa de hierro. El alba nos sorprendió envueltos en reproches. Un rayo saltó el horizonte y disipó las nubes. Sobre la línea surgieron playas negras y rocas altas. También algunas casas que parían botes como orugas.

Nadie echó de menos al Trueno hasta que alguien le preguntó algo. Nos separamos con miedo pero pronto lo vimos en la playa. Estaba desnudo. Corrió por las olas y se arrojó entre ellas. Sus hombros asomaban del agua como cascos de bronce y su espalda parecía un escudo. Sus pies dejaban una estela de fragante espuma. Imposible avanzar más rápido.

Cuando sacó la cabeza del agua, dejó de nadar. Pero todavía la corriente lo alejó un poco. Trató de volver. No pudo. Cabotó hacia el este, hacia el oeste, se internó en el mar; y entonces, una corriente benigna lo trajo de vuelta a la playa. Estaba gris, como el tronco de un chopo. Sonrió y le di mi manta. Él la dobló a lo largo, se la echó al hombro y fue a vestirse. Iba a paso lento dejando en la arena huellas profundas: no había separación entre los dedos.

PABLO GONZ para La Esfera Cultural

REFRANES CANALLAS/11

24 mayo, 2010

De aquellos polvos, estos críos.

PG

VEROSIMILES/12

21 mayo, 2010

Cuando los ladrillos le pierden el miedo a la altura, la pared entera cae.

PG

En el guepardo se juntan el hambre y las ganas de correr.

CITA EN LA CUMBRE/12

19 mayo, 2010

«Con mucha frecuencia los hombres desean un fin no por su propia cuenta, sino porque la naturaleza demanda los actos que conducirán a aquel fin».

BERTRAND RUSSELL

LA SALIVA DEL TIGRE/2

18 mayo, 2010

LA NOBLEZA

En una plaza como ésta, también una tarde tibia, fui engañado con un trapo rojo, aguijoneado con varas de colores y doblegado con una pica, bajo la horrible tormenta de los gritos; luego me atravesaron el corazón con una espada y me rendí a la injusticia contra unas tablas que no son las de la Ley. Recuerdo la blancura deslumbrante del albero y el sabor de mi último vaho, pasos ágiles y una seca punzada detrás de los cuernos. Ya me arrastran las mulas a la oscuridad amortiguada del callejón. Ya vuelvo a oler el moho y las manos rojizas de aquel hombre. Me revuelvo en un estertor que no le asusta. «Me ha sido reservado un alto destino», pronuncio con claridad. Y tras tres años de sombras, me encuentro de nuevo aquí, listo para aplicar mi venganza. Ya resuenan los clarines, ya se abre la portilla, ya la palmea el hombre, el mismo hombre de siempre. Y yo corro hacia la luz. Con alegría.

PABLO GONZ

LENGUA DE TORTUGA/2

17 mayo, 2010

MEDIA HORA

A un profesor que vivía en la costa lo tenían por loco pues se sentaba en el balcón de los eucaliptos, al final de la playa, y miraba el mar como enajenado durante horas.

Una tarde, alguien que dudaba de las opiniones generales se acercó a él y le preguntó: «¿Que está usted mirando, profesor?» Y éste respondió: «Las cosas que pasan».

–¡Pero si no pasa nada!

–Sí que pasan. Siéntate conmigo y lo verás.

Cuando aún no había transcurrido un minuto, el escéptico insistió:

–¿Ve como no pasa nada?

–La naturaleza es lenta: hay que acostumbrarse a escucharla.

Media hora después, el escéptico miraba el mar como enajenado: una gaviota pasó volando junto a él y se sintió despreciado; un árbol se dobló con la brisa y se sintió impotente; el sol rielaba magnífico sobre el mar y se sintió feo…

PABLO GONZ

AQUI ENTRE NOSOTROS/2

14 mayo, 2010

–¿De dónde venimos y adónde vamos?

–Venimos de un agujero y vamos a otro. ¿Por qué lo preguntas?

PG

PASION MORTAL

Desde lo alto del mesón oscuro, la radio transmite el partido. Y una lombarda entra al trote en la cocina. Trae las raíces aún húmedas y una expresión de inquietud en sus tersas y oscuras hojas. «¿Empezó hace mucho?», le pregunta a un salero que se mira las uñas junto al transistor. «Recién», responde el aludido. «¿Todavía no marcó nadie?» «Nadie». Y la lombarda se acomoda en un cesto junto a unos nabos que se aprietan para hacerle sitio. No habla con ellos. No los mira. Toda su atención es para el comentarista que gorjea las jugadas con vibrante voz. Los ojos grandes de la lombarda, sus labios trémulos, su respiración indecisa cuando el balón se acerca a una de las áreas. ¡Qué pasión! ¡Cómo se le arrugan las hojas! ¡Cómo se le encoge el tallo! ¡Cómo se le secan las raíces!

PABLO GONZ

REFRANES CANALLAS/10

12 mayo, 2010

No todo el monte es orgasmo.

VEROSIMILES/11

11 mayo, 2010

La soledad es el precio de la libertad.

PG

¡Soy un especialista absoluto! ¡Lo sé todo de los ocho tornillos de la válvula de acceso al disipador del líquido de refrigeración de la turbina Wirlington 333 Superpower!

PG

CITA EN LA CUMBRE/11

7 mayo, 2010

«El que quiera estar de buen humor conviene que haga pocas cosas».

DEMÓCRITO

LA SALIVA DEL TIGRE/1

6 mayo, 2010

NUESTRA AMA

Es la de los días de lluvia, la que nos deja pasar al domo y nos alimenta con grasa de hurming, la que lustra su casco de oro y zurce sus grebas de piel, la que afila sonriendo sus armas y sus dientes. Pero ella es también la de los días de sol, la que corre, horrísona, por los bosques escarchados.

PABLO GONZ

LENGUA DE TORTUGA/1

5 mayo, 2010

AFAN

Un español que en cierta ocasión vino de vacaciones a Los Molinos se puso a tejer una chomba porque no sabía qué hacer con su tiempo. Tejía mañana, tarde y noche, a toda velocidad, hasta que alguien le preguntó:

–¿Por qué tejes todo el día?

–Porque me gusta tejer.

–¿Te gusta tejer o haber tejido?

–Me gusta tejer.

–Y entonces, ¿por qué te empeñas en terminar tan pronto?

PABLO GONZ

AQUI ENTRE NOSOTROS/1

4 mayo, 2010

–¿Qué haces solo en el bosque?

–Demostrar que el bosque no es un lugar solitario.

PG