HOMENAJES LITERARIOS/6
7 octubre, 2010
A Vicente del Bosque
EL GOL
Escuchó desde la cama el monstruoso grito de la ciudad; y media hora después, los primeros cantos callejeros. Se levantó, se puso una bata y se acercó a la ventana: muchachos y muchachas con banderas, como el día en que empezó la guerra; con los puños alzados, como el día en que empezó la guerra; sonrientes, como el día en que empezó la guerra. Corrió las cortinas. Volvió al dormitorio. Se acostó. Repasó mentalmente sus provisiones.
PABLO GONZ
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7 octubre, 2010 a las 13:13
Para que no olvidemos nuestros éxitos. Ni nuestros fracasos.
Feliz día a todos,
PABLO GONZ
7 octubre, 2010 a las 13:15
Si, Pablo, lo mismo celebramos un gol que el principio de una guerra. Me ha sonado triste este relato… y divertido a la vez.
Abraçadas
7 octubre, 2010 a las 13:27
Lo agridulce, un terreno accidentado, en la literatura y en la cocina.
Abraçadas también para ti, Ana.
PABLO GONZ
7 octubre, 2010 a las 13:38
¡¡¡Excelente!!!! y horroroso. Así somos.
Un abrazo Pablo (Tembloroo el abrazo, este micro me pone la piel de gallina).
7 octubre, 2010 a las 13:48
Muchas gracias, Patricia, por tu lectura, tus comentarios y tus temblores. De todos ellos bebe la literatura.
Abrazos solemnes,
PABLO GONZ
7 octubre, 2010 a las 13:43
Pablo fotografías de manera precisa y certera el miedo. Y lo haces desde su concepto antagónico. Este recurso realza aún más el sentimiento del personaje. De la misma manera que una víctima de un atentado o un soldado de guerra se asusta con el estallido de un simple petardo. En Filosofía se dice que algo no existe sino existe su contrario. O ¿no?.
Enhorabuena y un fuerte abrazo.
7 octubre, 2010 a las 13:51
Muchas gracias, Agustín. Siempre me ha interesado ese ambiente del Madrid Viejo, de los jubilados pobres que desgastan los sillones hasta el palo, gatos famélicos, olor a medicina… Hay mucha tristeza en ellos que no comprenden o no pueden recordar ya la rabiosa fuerza de la juventud.
Un fuerte abrazo también para ti y gracias por venir.
PABLO GONZ
7 octubre, 2010 a las 14:29
Un poco atroz diría yo estimado Pablo.
Un abrazo
7 octubre, 2010 a las 15:11
Seguiré intentándolo hasta lograr algo muy atroz. 🙂
Abrazos vagabundos,
PABLO GONZ
7 octubre, 2010 a las 15:01
¡Ay, Dios mío!
Lo único que me quita el espeluzne es la dedicatoria a ese hombre tranquilo y con cara de ser honrado. La gente como él a veces es capaz de conseguir que triunfe la cordura.
7 octubre, 2010 a las 15:15
Toda una lección que nos dio Don Vicente. Estar ahí, con cara de pan, trabajar, trabajar, trabajar, cosechar. ¡Y pa’ casa!
Un fuerte abrazo, Elisa, y gracias por tu comentario.
PABLO GONZ
7 octubre, 2010 a las 15:24
Aplausos, plas, plas, plas.
Fantástico como mezclas en el micro las dos situaciones que le llevan al protagonista a repasar las provisiones.
Me sobra un poco lo de «muchachos y muchachas», me cansa esta repetición políticamente correcta que nos quieren imponer.
Un saludo indio
7 octubre, 2010 a las 16:31
Gracias, Indio, por tus aplausos y por tu crítica. Yo no soy partidario de sobrevalorar lo masculino (ni exigiendo que se escriba siempre «muchachos» ni tampoco que deba escribirse «muchachos y muchachas» cuando nuestro idioma no es así –aunque naturalmente podemos cambiarlo–). Escogí esta fórmula porque el fútbol es un deporte seguido sobre todo por hombres pero en la ocasión histórica del Mundial, según pude ver aquí, se sumaron muchísimas mujeres a la celebración.
Un fuerte abrazo,
PABLO GONZ
7 octubre, 2010 a las 16:06
Que les paso hoy a mis escritores favoritos?.
Triste.
7 octubre, 2010 a las 16:24
¿A quiénes te refieres, Rosio? ¿A todos los que no ganaron el Nobel?
Abrazos,
PABLO GONZ
7 octubre, 2010 a las 21:00
Jaa… no, -¡aunque vivas por Mario!-
le cuento mi secreto son: Jose Manuel y Vos. y hoy el micro de Jose Manuel, auch!… después entro y encuentro el suyo, uich!… tengo mi corazón atrapado en ese sentimiento de melancolía, muchas emociones por ¿no olvidar?
Abrazo y gracias por el suyo.
7 octubre, 2010 a las 21:11
Me voy corriendo a «Cuervos». Esta mañana pasé de ronda por allá pero seguía la rubia pechugona. Supongo que hay algo nuevo. Abrazos, Rosio, y muchas gracias por la lectura. Y por el piropo.
PABLO GONZ
7 octubre, 2010 a las 17:25
Bien lo dices en el primer comentario, Pablo: los éxitos son tremendamente similares a las derrotas. Se llora, se ríe, hay emoción desbordada. Es un descubrimiento fascinante.
7 octubre, 2010 a las 19:04
En España se dice: «los extremos se tocan». No sé si en Colombia se usa también esa expresión pero creo que responde a lo que dices.
Un fuerte abrazo y gracias por venir, Esteban.
PABLO GONZ
7 octubre, 2010 a las 18:20
Sí Pablo, al decir de Kipling, al éxito y al fracaso hay que tratarlos igual, como a dos impostores.
Regusto triste en este homenaje.
Saludos!
7 octubre, 2010 a las 19:06
Leyendo tu comentario me acordé de una frase que leí en la pared de un bar hace muchos años: «Es más fácil recuperarse de cien derrotas que de una victoria». No recuerdo el autor.
Un fuerte abrazo, Claudia, y gracias por tu aporte.
PABLO GONZ
7 octubre, 2010 a las 22:06
Nos estamos acostumbrando a todo o pasamos de todo, sea bueno o malo y lo peor de todo es que ni nos inmutamos. Nos vamos al dor-mitorio y preferimos olvidar.
Besicos muchos.
7 octubre, 2010 a las 23:06
Muy interesante tu lectura, Nani. Yo a este señor o señora siempre lo o la vi como una víctima pero naturalmente tiene su responsabilidad. Y eso no lo/la abandonará nunca.
Un fuerte abrazo, Nani, y gracias por ampliar la perspectiva.
PABLO GONZ
8 octubre, 2010 a las 6:13
Las multitudes captadas por la afición al futbol han caído en un universo de hipnósis donde no césa de mostrarse que la pasión por éste juego lo hace ebullir para mostrar instantes de estampa que exhiben los ases, más no deja de ser una forma de escapismo como la que nos dá el cine y otros medios donde somos observadores pasivos.
Ésto es el pensamiento que provocó en mi la lectura de tu cuento, en síntesis: El planeta es nuestra prisión.
8 octubre, 2010 a las 13:12
Según mi opinión, todo depende del uso que se haga de las cosas. Habrá quienes usen el fútbol como válvula de escape para no afrontar sus problemas. Pero también hay gente a la que el fútbol les gusta per se, que no lo utilizan sino que lo disfrutan. Con el cine, con la literatura, con la música puede hacerse lo mismo.
Un fuerte abrazo, Carlos, y gracias por apuntar aquí tus pensamientos,
PABLO GONZ
8 octubre, 2010 a las 16:08
me da la sensación de una derrota. como lo de los prisioneros a ambos lados de la reja. la euforia, el miedo que desembocan en la guerra. pienso que hay una guerra invisible en el micro.. y aquí en la calle también.
me voy a contar mis provisiones.
un abrazo
8 octubre, 2010 a las 18:57
Como decía antes Claudia, al éxito y al fracaso hay que tratarlos igual, como a dos impostores. El éxito o el fracaso son hechos cotidianos, de cada día, de cada acto. El post del lunes lo ilustra. No dejes de venir.
Un fuerte abrazo, amigo mío, y cuidate mucho.
P
30 octubre, 2010 a las 4:42
Hola Pablo, siempre que leo algo tuyo me queda la sensación de desconcierto por cómo logras ir de lo simple a lo complejo con tan pocas palabras. Por eso cuando me refiero a tus escritos siempre digo : Sorprenden!!! Cuando encuentre algo que realmente no me guste te lo diré (respondiendo a tu pedido) Hasta el momento no me ocurrió.
Cariños
30 octubre, 2010 a las 12:10
Muchas gracias, Liliana, por tu comentario. Un autor necesita comunicarse con sus lectores, es decir: recibir sus elogios y sus críticas. Los primeros le afianzan; los segundos le desestabilizan. Y entre unos y otros va logrando la vibración necesaria para que su obra sea viva.
De nuevo, muchas gracias por tu comentario, y te animo a que los dejes más a menudo.
Abrazos fuertes,
PABLO GONZ