Claro, y así tendrán nuevos nombres nuestros defectos, derivados de nuestros excesos. La tendencia al equilibrio. Muy bueno Pablo!
Abrazos centrípetos,
Tengo un problema (pero siempre hay una solucion, eso lo tengo muy claro) : tengo que …………vaciar… Ahora necesito un poquito de «clean up»…..para llenar de nuevo con lo nuevo antes de que llegue la primavera
Para mí eso equivaldría a acumular tanto como para convertir un valle de nuevo en montaña. Pero analicemos con un ejemplo: Yo soy excesivamente confiado y empeño en ello demasiada ilusión. Luego me hallo corto de ella para hacer otras cosas (trabajar, por ejemplo). Ergo, ahorro confianza y con la energía resultante trabajo. Algo así se podría aplicar a todo lo demás. Cuando alguien te diga: «eres excesivamente…» por ahí sobran energías canalizables a la reparación de las zonas defectuosas. Digo yo, claro.
Abrazos fuertes o débiles,
PABLO GONZ
Andamos toda la vida rellenándonos pero el relleno es de mala calidad, y pica. No son plumas de ganso.
A lo mejor en vez de rellenar, hemos de vaciarnos un poco.
Un abrazo, Pablo
Bien, si tienes un exceso de chocolate. Comerse los excesos no parece muy sabio, pero comerse los defectos podría funcionar. Mmmmm…
Besiños ruidosos (tú sabes por qué),
PABLO GONZ
Es difícil disfrutar de los excesos y de los defectos porque se manifiestan como dolores. Comprendo que en la variedad está el gusto pero en la variación está la salsa.
Saludillos volterianos,
PABLO GONZ
Sólo sé hablar desde el entusiasmo, Mónica; es un defecto que reconozco. Carácter típico de los artistas: elaborar lo fantástico (hacerlo verosímil) para que la realidad se le aproxime.
Abrazos iguales,
PABLO GONZ
Todos tenemos defectos y excesos. Todos nos compensamos (o somos compensados). Vibran las personas como placas tectónicas: normal que haya terremotos, tsunamis y otras cosillas así.
Besos tipo encuentro,
PABLO GONZ
Sí, Sucede, hace eso y también lo contrario: eleva los montes para poder seguir erosionándolos o quizás sin un fin determinado.
Abrazos metálicos,
PABLO GONZ
yo creo que es así como dices en la respuesta… sin un fin determinado, pues la naturaleza no es sabia como dicen… sólo es naturaleza y actúa en concordancia con ella misma…
añoraba ese metalismo en tus abrazos!!
un abrazo, amigo!!
Me parece que trabajar con excesos puede ser también un tanto alienante. Habrá que tener cuidado de no hacer una montaña una vez rellenados esos valles.
Es curioso, porque yo veía los excesos como defectos en sí mismos… y así lo he entendido hasta que he leído vuestros comentarios que me aproximan a una versión más «positiva» de la palabrita…
En todo caso, siempre haciéndonos reflexionar, Pablo…
Besos
Margarita
El exceso es sobrante (de excadere, caer hacia afuera, como un michelin, vaya). El defecto es carencia (de defacio, lo que hace hacia abajo o, más literarmente, lo que se hunde). Un honor haber servido de vehículo para estas palabritas que mueven tuerquecitas por ahí.
Besos fuertes,
Tu primo P.
Pablo González Cuesta (Pablo Gonz) es un escritor español nacido en Sevilla (1968) y radicado en Valdivia (Chile) desde el año 2001. Hasta los tres años, vivió en Sao Paulo (Brasil) y a esa edad su familia se trasladó a Barcelona, donde permaneció hasta 1976. El siguiente destino fue Madrid, donde pasó la mayor parte de su infancia y su juventud, con frecuentes estancias en un pueblo de la Montaña Leonesa (Cofiñal) de donde procede su familia. Posteriormente, vivió durante casi un año (1991-1992) en Múnich (Alemania). En este mismo periodo se produjo su definitivo acercamiento a la literatura, siendo sus primeras referencias literarias Gabriel García Márquez, Eduardo Mendoza, León Tolstoy y Stefan Zweig. Tiene seis novelas publicadas: 1996: «La pasión de Octubre» (ed. Alba, Barcelona). 1997: «Experto en silencios» (ed. Bitzoc, Palma de Mallorca, España). 1998: «Los hijos de León Armendiaguirre» (ed. Planeta, Barcelona). 2008: «Libertad» (ed. Uqbar, Santiago de Chile). 2008: «Mío» (ed. Carisma, Badajoz, España). 2014: «Lavrenti y el soldado herido» (ed. 20:13, Valdivia, Chile). 2015: «Libertad» (ed. Fantasía, Madrid, España). «La saliva del tigre. Minificciones» es su único libro de microficción (2010).
24 febrero, 2011 a las 17:32
Y entre tanto que tengan un día exquisito, de esos inolvidables (por lo bueno, claro).
Abrazos centrífugos,
PABLO GONZ
24 febrero, 2011 a las 17:46
Buena reflexión Pablo, quizá tengo mucho por rellenar.
Excelente día.
Abrazos vagabundos
24 febrero, 2011 a las 17:48
Sólo tú puedes saberlo, Daniel. Yo, por mi parte, lo tengo claro: trabajo en ello.
Abrazos fuertes,
PABLO GONZ
24 febrero, 2011 a las 17:57
Claro, y así tendrán nuevos nombres nuestros defectos, derivados de nuestros excesos. La tendencia al equilibrio. Muy bueno Pablo!
Abrazos centrípetos,
24 febrero, 2011 a las 19:57
El objetivo: ser una esfera vibrátil, gota de agua o planetita.
Abrazos no sé cómo,
PABLO GONZ
24 febrero, 2011 a las 17:58
excelente!! el tema es que en lugar de valle estoy frente al Cañón del Colorado!
24 febrero, 2011 a las 19:58
Esto se hace así: se escupe uno las manos y ¡a trabajar!
Abrazuelos,
PABLO GONZ
24 febrero, 2011 a las 17:59
Tengo un problema (pero siempre hay una solucion, eso lo tengo muy claro) : tengo que …………vaciar… Ahora necesito un poquito de «clean up»…..para llenar de nuevo con lo nuevo antes de que llegue la primavera
Abrazos Pablo,
24 febrero, 2011 a las 19:59
Pues entre tirar y obtener, yo creo que es más fácil tirar. Aunque claro, duele más.
Abrazos fuertes y oxigenadores,
PABLO GONZ
24 febrero, 2011 a las 18:14
A mí me han dicho alguna vez… Has de tus debilidades tus fortalezas.
Puede ser un truco de la madre naturaleza.
Abrazos
24 febrero, 2011 a las 20:02
Para mí eso equivaldría a acumular tanto como para convertir un valle de nuevo en montaña. Pero analicemos con un ejemplo: Yo soy excesivamente confiado y empeño en ello demasiada ilusión. Luego me hallo corto de ella para hacer otras cosas (trabajar, por ejemplo). Ergo, ahorro confianza y con la energía resultante trabajo. Algo así se podría aplicar a todo lo demás. Cuando alguien te diga: «eres excesivamente…» por ahí sobran energías canalizables a la reparación de las zonas defectuosas. Digo yo, claro.
Abrazos fuertes o débiles,
PABLO GONZ
24 febrero, 2011 a las 18:43
Gran consejo.
Abrazos excesivos.
24 febrero, 2011 a las 20:02
Nunca lo son, si vienen de tu parte.
Abrazos exagerados,
PABLO GONZ
24 febrero, 2011 a las 19:39
Andamos toda la vida rellenándonos pero el relleno es de mala calidad, y pica. No son plumas de ganso.
A lo mejor en vez de rellenar, hemos de vaciarnos un poco.
Un abrazo, Pablo
24 febrero, 2011 a las 20:03
Puede ser, Tor. Se considerará.
Un fuerte abrazo,
PABLO GONZ
24 febrero, 2011 a las 19:42
Yo creo que voy a rellenar mis defectos con chocolate, y luego me los como con churros.
Un abrazo sabroso
24 febrero, 2011 a las 20:04
Bien, si tienes un exceso de chocolate. Comerse los excesos no parece muy sabio, pero comerse los defectos podría funcionar. Mmmmm…
Besiños ruidosos (tú sabes por qué),
PABLO GONZ
24 febrero, 2011 a las 20:18
¡Que bonita y poética esa frase y con enjundia como para reflexionar un buen rato!
Besicos muchos con un montón de chispa.
24 febrero, 2011 a las 20:25
Pues manos a la obra, Nani.
Abrazos chisposos,
PABLO GONZ
24 febrero, 2011 a las 20:28
Y mientras tanto disfruta de ambos, de las montañas y los valles porque si todo fuese plano, una llanura infinita, sería muy aburrido.
Saludillos
24 febrero, 2011 a las 20:42
Es difícil disfrutar de los excesos y de los defectos porque se manifiestan como dolores. Comprendo que en la variedad está el gusto pero en la variación está la salsa.
Saludillos volterianos,
PABLO GONZ
24 febrero, 2011 a las 20:54
Muy buen consejo, ahora pregunto: ¿el entusiasmo servirá para todo? Mmmm…, creo que esto es verosímil, mas no real.
Abrazos fresquitos.
24 febrero, 2011 a las 20:59
Sólo sé hablar desde el entusiasmo, Mónica; es un defecto que reconozco. Carácter típico de los artistas: elaborar lo fantástico (hacerlo verosímil) para que la realidad se le aproxime.
Abrazos iguales,
PABLO GONZ
24 febrero, 2011 a las 21:17
Precioso, buena reflexión y mejor consejo. Abrazos enraizados que buscan donde enterrar errores y llenar huecos de felicidad.
25 febrero, 2011 a las 17:43
Gracias por tus sofisticados abrazos, Maite. Te los devuelvo multiplicados por π.
PABLO GONZ
24 febrero, 2011 a las 22:03
La tierra es muy sabia. Nosotros somos demasiado excesivos compensando defectos.
Un abrazo equilibrado
25 febrero, 2011 a las 17:44
Con ese exceso de compensación también habrá que hacer algo.
Abrazos horizontales y vibrátiles,
PABLO GONZ
24 febrero, 2011 a las 23:45
Pues yo, con tantos excesos y defectos voy a dejar la tierra en plan Edad Media… plana, planita. Me quedo reflexionando, Pablo
25 febrero, 2011 a las 17:45
Ya contarás, Pablo. Tus pensamientos hacen más racionales a todos los hombres.
Abrazos fuertes,
PABLO GONZ
25 febrero, 2011 a las 8:33
De verdad, Pablo, que SOMOS la tierra!!!! Abrazos
25 febrero, 2011 a las 17:46
Sí, lo somos. Pero, como bien dices, no sólo lo somos sino que LO SOMOS: algo mucho más importante.
Abrazos emocionales,
PABLO GONZ
25 febrero, 2011 a las 9:29
Joder!!!! Qué bueno!!!!
(¿y los que no tenemos defectos? Ah, claro, somos tan planos como los defectuosos pero no lo sabemos…)
Un beso,
25 febrero, 2011 a las 17:48
Todos tenemos defectos y excesos. Todos nos compensamos (o somos compensados). Vibran las personas como placas tectónicas: normal que haya terremotos, tsunamis y otras cosillas así.
Besos tipo encuentro,
PABLO GONZ
25 febrero, 2011 a las 10:53
¡Buenísimo! Me ha encantado.
Besos con mucho exceso.
25 febrero, 2011 a las 17:49
Gracias, Lola. Los acumulo en el valle de mis desmedidas necesidades de afecto.
¡Jaur! (que es un rugido),
PABLO GONZ
25 febrero, 2011 a las 10:53
Entiendo el consejo, pero realmente la tierra hace eso??? mmmm…
Un abrazo Pablo!!
25 febrero, 2011 a las 17:50
Sí, Sucede, hace eso y también lo contrario: eleva los montes para poder seguir erosionándolos o quizás sin un fin determinado.
Abrazos metálicos,
PABLO GONZ
25 febrero, 2011 a las 18:10
yo creo que es así como dices en la respuesta… sin un fin determinado, pues la naturaleza no es sabia como dicen… sólo es naturaleza y actúa en concordancia con ella misma…
añoraba ese metalismo en tus abrazos!!
un abrazo, amigo!!
25 febrero, 2011 a las 18:12
La naturaleza no es sabia, coincido, pero es exacta (terriblemente exacta).
Abrazos desde la amistad y hacia la amistad,
PABLO GONZ
25 febrero, 2011 a las 16:37
Me parece que trabajar con excesos puede ser también un tanto alienante. Habrá que tener cuidado de no hacer una montaña una vez rellenados esos valles.
Abrazos naturales
25 febrero, 2011 a las 17:50
Sí, es cierto. Hay que pulir los defectos sin excederse. Todo en su justa medida.
Abrazos asimismo naturales,
PABLO GONZ
25 febrero, 2011 a las 18:02
Es curioso, porque yo veía los excesos como defectos en sí mismos… y así lo he entendido hasta que he leído vuestros comentarios que me aproximan a una versión más «positiva» de la palabrita…
En todo caso, siempre haciéndonos reflexionar, Pablo…
Besos
Margarita
25 febrero, 2011 a las 18:11
El exceso es sobrante (de excadere, caer hacia afuera, como un michelin, vaya). El defecto es carencia (de defacio, lo que hace hacia abajo o, más literarmente, lo que se hunde). Un honor haber servido de vehículo para estas palabritas que mueven tuerquecitas por ahí.
Besos fuertes,
Tu primo P.