CITA EN LA CUMBRE/35
6 abril, 2011
«A semejanza del minero es el escritor: explota cada intuición como una cantera. A menudo dejará la dura faena pronto, pues la veta no es profunda. Otras veces dará con rico yacimiento del mejor metal, del oro más esmerado. ¡Qué penoso espectáculo cuando seguimos ocupándonos en un manto que acabó ha mucho! En cambio, ¡qué fuerza la del pensador que no llega ávidamente hasta colegir la última conclusión posible de su verdad, esterilizándola; sino que se complace en mostrarnos que es ante todo un descubridor de filones y no un mísero barretero al servicio de codiciosos accionistas!»
JULIO TORRI
6 abril, 2011 a las 17:55
Cuidado con esta cita que tiene unas pocas de aristas.
Abrazos de afiladooooor,
PABLO GONZ
6 abril, 2011 a las 18:03
Tendrá aristas pero, como bien dices, soy minero.
Quizás un minero raro ya que no busco filones por dinero, sólo por afición.
6 abril, 2011 a las 19:22
Es una de las buenas actitudes hacia la literatura: la afición, el servicio a los demás, el engrandecimiento del arte…
Abrazos fuertes, Luisa.
P
6 abril, 2011 a las 18:05
¿sólo unas pocas? estás afilado últimamente, da miedo cruzarse contigo jeje. Es broma. Me encanta esta cita en la cumbre o, mejor dicho, en las profundidades y que me deja cantando «Soy minero…»
Un saludillo minero
6 abril, 2011 a las 19:23
Dentro de nada empezamos a cantar el ¡Aihoooo! que decía Jesus Esnaola en su blog.
Abrazos dinamiteros,
P
6 abril, 2011 a las 18:21
Un texto filosamente complejo, sin duda. Como la verdad.
Habrá que seguir cavando o cambiar de oficio.
Si supieras cuántas fotos me han tomado quitando tierra yerma!
Un abrazo, Pablo
6 abril, 2011 a las 19:24
Hay que elegir, Patricia, entre seguir cavando o seguir cavando. Tú verás.
Abrazos tipo monorraíl,
P
6 abril, 2011 a las 18:47
Toma cita llena de peligros. Las aristas, lo mejor de la comparación sin duda alguna.
Saludos desde la mina.
6 abril, 2011 a las 19:25
Toc, toc, toc. Devuelvo los saludos, compañero.
Abrazos con grisú,
P
6 abril, 2011 a las 19:02
Muy acertada cita, que bien valdría para escritores o muchas otras profesiones, todo es ponerse con la metáfora.
Creo que es importante ocuparse de unos cuantos mantos para encontrar nuestros filones. Es necesario aprender, e inevitable, por otro lado.
Un abrazo aprendiz
6 abril, 2011 a las 19:27
Yo me preguntaba antes: ¿para qué se habrá matriculado mi tío (con más de ochenta años) en clases de italiano? Y ahora lo comprendo: para él vivir es aprender y aprender es vivir. Por eso ha llegado tan lejos.
Abrazos aprendices,
P
6 abril, 2011 a las 19:08
Un texto muy bello para hablar de la creación literaria y artística en general.
Abrazos, Pablo.
6 abril, 2011 a las 19:28
Gracias por valorarlo así, Tor. Yo lo seleccioné por lo mismo.
Abrazos fuertes,
P
6 abril, 2011 a las 22:00
«Ignoro el sentido que las personas le dan al vocablo » escritor «, pero todo lo que pueden imaginar es seguramente falso.(…) En lo que me concierne, no soy un escritor, soy alguien que escribe. (…) No tengo nada de un autor alegre ni de un narrador de historias; odio, en el fondo, las historias. Soy un demoledor de historias…»
Thomas Bernhard, Tinieblas
La creación lleva el marchamo de la primera vez. Es como el primer beso, nunca podrá repetirse. Y, sin embargo, el escritor auténtico se esfuerza en renovar un instante que nunca volverá, que por definición no puede regresar. Ahí está la pérdida. Cada vislumbre, cada fogonazo, cada relámpago de la realidad le deja inerme, le borra, le convierte en médium. Pero no, no médium, porque no hay una tercera persona, en ese preciso instante, que reciba a través de él nada. Es una luz que nace y se apaga. Deja restos, por supuesto, huellas y memoria, sombras. Es con lo que se contentan todos. Menos él…
7 abril, 2011 a las 16:58
Interesantes tus aportes, C. Inciden con profundidad en la faceta pesimista del asunto. También existe el entusiasmo. Y entre aquélla y éste toda la gama de los sentimientos literarios.
Abrazos,
P
6 abril, 2011 a las 22:46
Y… ¿yo también soy minera? Si lo soy es por partida doble, porque me gusta escribir y porque cuando trabajo con las piedras, creando collares, todas me cuentan historias de la profundidad de la mina.
Gracias por mostrarme esta cita.
Besos
7 abril, 2011 a las 16:59
De nada, Elysa. Escribir, pasear, hacer collares, leer, tejer… todo eso se hace en líneas, en sucesión cronológica.
Abrazos fuertes,
PABLO GONZ
7 abril, 2011 a las 1:56
A mì el pensamiento de Julio Torri, me recordò este verso de Borges.
Y, mientras yo sondeaba aquella mina
De las lunas de la mitología,
Ahí estaba, a la vuelta de la esquina,
La luna celestial de cada día
Sé que entre todas las palabras, una
Hay para recordarla o figurarla.
El secreto, a mi ver, está en usarla
Con humildad. Es la palabra luna.
7 abril, 2011 a las 17:00
Gracias por tu aporte, Rosy. He leído muy poca poesía y me agrada que hayas acercado esta.
Un abrazo,
PABLO GONZ
7 abril, 2011 a las 2:23
¡Vaya altura la de esta cita! Dan ganas de empezar a escalar para alcanzarla.
Abrazos, Pablo.
7 abril, 2011 a las 17:01
Me conformo con haberte provocado esas ganas, Mónica.
Abrazos montañeros,
PABLO GONZ
7 abril, 2011 a las 6:06
Tremenda cita. Es una mina de oro.
5 000 abrazos.
7 abril, 2011 a las 17:02
Necesitaba a personas que reconocieran su hondura.
Otros cinco mil abrazos para ti, Miguel Angel.
PABLO GONZ
7 abril, 2011 a las 7:22
Me gusta la cita, aunque si me dejo seducir por el lado oscuro, ese que todos tenemos pero no nos gusta enseñar a nadie, te diré que entresaco dos verdades: una, la cierta complejidad de ser un buen escritor, aristas, picos, fosas, barrenas…una jinkana en toda regla. Dos: un cierto regusto de envidia an te esos que magistralmente alcanzan a tocar el resorte que les encumbra, aún cuando no sean ni los mejores ni estén cerca de serlo.
Me quedo pensando.
Un abrazo tierno, sin ningún peligro.
Paloma
7 abril, 2011 a las 17:05
En mi caso por lo menos, ser escritor es una auténtica jinkana (doy fe). Sobre lo de tocar los resortes, supongo que eso significa ser de los mejores (aunque todo depende de la perspectiva).
Abrazos mansos,
PABLO GONZ
7 abril, 2011 a las 9:29
Además de una cita en la cumbre, ésta, es una cita para la reflexión. Abrazos.
7 abril, 2011 a las 17:05
Pues a reflexionar se ha dicho.
Abrazuelos,
P
7 abril, 2011 a las 10:00
Brutal, Pablo! Poco más que decir.
Abrazos.
7 abril, 2011 a las 17:06
Somos microrrelatistas, David.
Abrazos lacónicos,
PABLO GONZ
7 abril, 2011 a las 11:21
Hermosa cita Pablo, soy un intento de minero. No salgo del intento. Un saludo grande.
Neli 😦
7 abril, 2011 a las 17:06
Vale, yo también soy un intento.
Abrazos,
P
7 abril, 2011 a las 13:20
…has subido alto hoy hablando de la minería alla en las profundidades abisales de este planeta,…sí es complicado este «quehacer», pero gratificante como pocos, pienso que es uno de los caminos para adentrarse en uno mismo (difícil, como todos)
Buena cita en la cumbre, con aristas y todo,…
Abrazo
Felisa
7 abril, 2011 a las 17:09
Hay días para todo, Felisa, como en cualquier profesión. En mi caso, soy como un minero piloto (o algo así): hoy sobre las nubes, mañana bajo tierra. Por lo pronto desconozco los términos medios.
Abrazos,
PABLO GONZ
7 abril, 2011 a las 15:23
Esta, más que “Cita en la cumbre” es una “cita en las profundidades de la cantera”. Buena metáfora. Si la inspiración del escritor viene de las profundidades, entonces surge como el agua de un pozo, cristalina y constante. Pero si solo viene del conocimiento exterior, este se acumula, se estanca y, con el tiempo, se convierte en un pantano.
Gracias por traernos estos retazos de pensamientos.
Abrazos.
7 abril, 2011 a las 17:11
Decía Nabokov que hay dos tipos de inspiración. Daba naturalmente dos nombres en ruso (que no recuerdo) pero que traduje por revelación y revelado. La revelación es un regalo inexcusable que nos hace el mundo. El revelado es un trabajo que debemos realizar de manera compensatoria. Algo (como una bengala) ilumina fugazmente una parte del misterio. Escribir una obra es levantar los planos de esa región entrevista.
Abrazos bifrontes,
PABLO GONZ
8 abril, 2011 a las 4:38
Escribir puede brindar miradas internas al hombre que le dan posibilidades de bucear en su psique y encontrar joyas literarias.
Y no necesariamente se requiere que se dedique a la profesión de escritor; dentro del mismo parámetro que un hombre puede llegar a elaborar un gran platillo sin que sea chef profesional.
8 abril, 2011 a las 17:17
Brindar miradas internas al hombre es escribir. Se puede hacer una vez en la vida, dos o dos mil trescientas. La cosa es hacerlas.
Abrazos fuertes,
PABLO GONZ