¿El sostén o el micro? El sostén no sé de quién era: seguramente de una mujer (pasajera, azafata, guardagujas, cargamaletas, policía, no sé). El micro lo escuché como anécdota en una cena profesional. Me lo posesioné (el micro) como venganza por haber sufrido tanto pero eso es otra historia.
Abrazos enormes (como el aeropuerto),
PABLO GONZ
Lo importante no es eso, Nani; sólo si facturaste una maleta en algún mostrador de Iberia. Ellos se encargan de perdértela internacionalmente.
Abrazos fuertes,
PABLO GONZ
Me encanta!!!! Pero no era mío, creo
Al hilo de esto, hay una parafilia que consiste en la excitación por «hacerlo» en los aviones. Y lo mejor de todo es que para «reconocerse» entre las personas que les gusta, se hacen camisetas con un logo especial, y luego la sorpresa está servida… aunque ya no es tanta sorpresa, claro!
Si alguien quiere camisetas que me pida, ja ja ja (esto último es broma, claro)
Abrazos
Debe de ser un instinto de cueva compartida mezclado con el miedo a morir. Cuando se va en un avión, a cualquiera se le ocurre verse enlatado a seis mil metros de altura con destino a una pista de cemento. ¿Por qué no tratar de perpetuarse o por lo menos distraerse?
Abrazos desde aquí,
PABLO GONZ
¿ Qué es la Literatura sino un débil espejo del placer y de las cosas de la vida ?
Su cuerpo adorable se deformaba cada vez más, y él lo contemplaba con ojos atónitos. Sus pechos, duros y pequeños, se hacían grandes, blandos y caídos. Fue demasiado lejos aquel juego del avión. Ahora, cuando volaba, pensaba en el niño que iba a nacer, y cesaban de repente sus pensamientos tenebrosos y su miedo a volar. Sobrellevaba las horas crueles, solitarias, de espera en el aeropuerto mejor. No volver a recuperar la talla de sujetador era algo insignificante comparado con sus angustias…
Están en la cinta de equipajes número 4 del aeropuerto de Bangkok pero aún nadie ha reparado en ellas. Son celestes, por cierto.
Abrazos muchos,
PABLO GONZ
Yo iba a decir algo similar a lo de Elysa, jo. Cuando lo he leído he pensado, «pobre, tan solo, sin braguitas a juego…» y encima vas tú y dices que las braguitas son celestes… me has chafado la historia Pablo! 😉
Abracitos
¿Menos ropa, más diversión? No, perdona. Sé lo que quieres decir y te lo agradezco. En esto del micro todo lo elíptico es esencial, como sabes.
Un fuerte abrazo,
PABLO GONZ
Pablo González Cuesta (Pablo Gonz) es un escritor español nacido en Sevilla (1968) y radicado en Valdivia (Chile) desde el año 2001. Hasta los tres años, vivió en Sao Paulo (Brasil) y a esa edad su familia se trasladó a Barcelona, donde permaneció hasta 1976. El siguiente destino fue Madrid, donde pasó la mayor parte de su infancia y su juventud, con frecuentes estancias en un pueblo de la Montaña Leonesa (Cofiñal) de donde procede su familia. Posteriormente, vivió durante casi un año (1991-1992) en Múnich (Alemania). En este mismo periodo se produjo su definitivo acercamiento a la literatura, siendo sus primeras referencias literarias Gabriel García Márquez, Eduardo Mendoza, León Tolstoy y Stefan Zweig. Tiene seis novelas publicadas: 1996: «La pasión de Octubre» (ed. Alba, Barcelona). 1997: «Experto en silencios» (ed. Bitzoc, Palma de Mallorca, España). 1998: «Los hijos de León Armendiaguirre» (ed. Planeta, Barcelona). 2008: «Libertad» (ed. Uqbar, Santiago de Chile). 2008: «Mío» (ed. Carisma, Badajoz, España). 2014: «Lavrenti y el soldado herido» (ed. 20:13, Valdivia, Chile). 2015: «Libertad» (ed. Fantasía, Madrid, España). «La saliva del tigre. Minificciones» es su único libro de microficción (2010).
8 julio, 2011 a las 18:36
Basado en hechos reales, por si acaso.
Un feliz fin de semana para todos,
PABLO GONZ
8 julio, 2011 a las 19:06
Jo, te lo iba a preguntar…
Entonces, preguntaré ¿era tuyo?
8 julio, 2011 a las 19:18
¿El sostén o el micro? El sostén no sé de quién era: seguramente de una mujer (pasajera, azafata, guardagujas, cargamaletas, policía, no sé). El micro lo escuché como anécdota en una cena profesional. Me lo posesioné (el micro) como venganza por haber sufrido tanto pero eso es otra historia.
Abrazos enormes (como el aeropuerto),
PABLO GONZ
8 julio, 2011 a las 19:44
Un aeropuerto erotico imagino… ya se donde hare mi luna de miel.
Buen finde a tod@s
Chabi Angulo
8 julio, 2011 a las 20:16
Yo no sé si es erótico pero te aseguro que es grande.
Abrazos fuertes,
PABLO GONZ
8 julio, 2011 a las 19:46
A mí que me registren. ¡Anda puñeta, si no he ido en mi vida a Frankfurt!
¡Quer imaginación la tuya!
Besicos muchos.
8 julio, 2011 a las 20:18
Lo importante no es eso, Nani; sólo si facturaste una maleta en algún mostrador de Iberia. Ellos se encargan de perdértela internacionalmente.
Abrazos fuertes,
PABLO GONZ
8 julio, 2011 a las 20:54
Puestiene mandanga la cosa. Ya había escuchado algo al respecto. Ojalá la próximahaya más suerte.
Más besicos muchos.
10 julio, 2011 a las 19:34
🙂
8 julio, 2011 a las 20:10
Me encanta!!!! Pero no era mío, creo
Al hilo de esto, hay una parafilia que consiste en la excitación por «hacerlo» en los aviones. Y lo mejor de todo es que para «reconocerse» entre las personas que les gusta, se hacen camisetas con un logo especial, y luego la sorpresa está servida… aunque ya no es tanta sorpresa, claro!
Si alguien quiere camisetas que me pida, ja ja ja (esto último es broma, claro)
Abrazos
8 julio, 2011 a las 20:21
Debe de ser un instinto de cueva compartida mezclado con el miedo a morir. Cuando se va en un avión, a cualquiera se le ocurre verse enlatado a seis mil metros de altura con destino a una pista de cemento. ¿Por qué no tratar de perpetuarse o por lo menos distraerse?
Abrazos desde aquí,
PABLO GONZ
8 julio, 2011 a las 20:48
jaja, muy bueno 🙂 Buen finde para todos.
Neli 🙂
10 julio, 2011 a las 19:31
Ya te contesto desde el domingo por la tarde. Que lo pases bien aún.
Besos,
PABLO GONZ
8 julio, 2011 a las 21:21
Y las maletas?…
Besos desde el aire
PD. Aquí no están, que conste, jeje
10 julio, 2011 a las 19:33
O ya las habían retirado o el ladrón dejaba siempre como firma un sujetador negro. Abierto a interpretaciones.
Abrazos fuertes,
PABLO GONZ
8 julio, 2011 a las 22:00
¿ Qué es la Literatura sino un débil espejo del placer y de las cosas de la vida ?
Su cuerpo adorable se deformaba cada vez más, y él lo contemplaba con ojos atónitos. Sus pechos, duros y pequeños, se hacían grandes, blandos y caídos. Fue demasiado lejos aquel juego del avión. Ahora, cuando volaba, pensaba en el niño que iba a nacer, y cesaban de repente sus pensamientos tenebrosos y su miedo a volar. Sobrellevaba las horas crueles, solitarias, de espera en el aeropuerto mejor. No volver a recuperar la talla de sujetador era algo insignificante comparado con sus angustias…
10 julio, 2011 a las 19:34
Atento a la continuación de esta historia.
Un fuerte abrazo,
PABLO GONZ
9 julio, 2011 a las 16:14
¿Alguien vio al cargamaletas encargado de la cinta 2?. La dueña del sujetador no cuenta.
10 julio, 2011 a las 19:35
Seguimos investigando. Hasta que no aparezca o perezca.
Abrazos en acto de servicio,
PABLO GONZ
9 julio, 2011 a las 21:40
¿Y las braguitas? quizás lo perdió algún fetichista…
Abrazos
10 julio, 2011 a las 19:37
Están en la cinta de equipajes número 4 del aeropuerto de Bangkok pero aún nadie ha reparado en ellas. Son celestes, por cierto.
Abrazos muchos,
PABLO GONZ
11 julio, 2011 a las 9:52
Yo iba a decir algo similar a lo de Elysa, jo. Cuando lo he leído he pensado, «pobre, tan solo, sin braguitas a juego…» y encima vas tú y dices que las braguitas son celestes… me has chafado la historia Pablo! 😉
Abracitos
11 julio, 2011 a las 18:58
Lo siento, Rocío. Habrá que seguir afilando la imaginación.
Besazos,
PABLO GONZ
11 julio, 2011 a las 17:41
tal anécdota merece un micro, incluso una novela. la imagen es tan sugerente.
11 julio, 2011 a las 18:59
Me podría interesar una película que empezase así.
Abrazos víttticos,
PABLO GONZ
12 julio, 2011 a las 7:47
Esta ropa interior, de última generación, …cada vez con más vida propia.
12 julio, 2011 a las 19:12
Y se hace la muertita para viajar de gorra, hay q ver.
Abrazuelos,
PABLO GONZ
12 julio, 2011 a las 20:15
En tu micro se cumple a las mil maravillas el «menos es más» de Mies van der Rohe… 🙂
12 julio, 2011 a las 21:07
¿Menos ropa, más diversión? No, perdona. Sé lo que quieres decir y te lo agradezco. En esto del micro todo lo elíptico es esencial, como sabes.
Un fuerte abrazo,
PABLO GONZ
14 julio, 2011 a las 19:58
Si era talla grande lo perdió Angela merkel, seguro.
14 julio, 2011 a las 20:09
O Helmut Kohl.
Abrazos con todo mi agradecimiento,
PABLO GONZ