Vaya, Pablo, esta no me la pierdo!!!!
Ese era mi abuelo al que apenas conocí, pero cuidado con el exceso de perfeccionismo, es verdad que hay que tratar de hacer las cosas lo mejor que se pueda, pero no como no se pueda.
Gracias por este detalle tan lindo
Abrazos
El destino ( o lo que quiera que sea ) se deleita en crear una gran capacidad para luego frustrarla. Tengo un amigo escritor que jamás ha escrito nada. Mentalmente elabora historias, de un tirón, sin tachaduras mentales ni correcciones ni rectificaciones. A él le parecen hermosas, perfectas, acabadas. Al principio se iba a su casa para redactarlas en el ordenador para escribírlas a la primera persona que le apeteciera, pero en cuanto se ponía manos a la obra se daba cuenta de que las palabras no eran las mismas y de que la magia de la creación ya no estaba en la pantalla. A veces lo veo sentado en la mesa de una cafetería, escribiendo en servilletas o en tiras de papel higiénico del bueno. Pero éstas le devuelven un pálido reflejo de su creación. No, no son esas las palabras,no son esos los giros. Así que desiste…
Algunos días me lo encuentro por la calle en trance, con los ojos fijos, ajeno al mundo que le rodea. Está escribiendo, escribiendo una historia preciosa que olvidará al instante. Una historia que nadie, nunca leerá…
Estoy de acuerdo contigo y con Juan Pérez de la Ossa.
Acuerdo con Juan, con Anita y con vos
Ah, cómo sonríe la vida cuando los amigos nos despiertan con una certeza (y su duda, como toda buen certeza carga en su mochila) radiante como un rayo de sol.
Esta cita me recuerda una máxima que desde hace años intento aplicar a mi vida: «Si no estás seguro de que lo que vas a hacer quedará bien, es mejor que no lo hagas». Evidentemente, a veces me equivoco.
Hola Pablo, me gusta porque uno pone todo lo mejor en lo que hace, pasa que no siempre sale bien, y es ahí que nos enojamos primero con los elementos luego con el vecino después con nosotros mismos y por ultimo con el destino. pero de los resultados no somos enteramente responsables, y ello no nos tiene que preocupar al punto de traumatizarnos, saludos cordiales a todos, y un abrazo a ti Pablo
No hay que traumatizarse. Hay que mirar las cosas, ver por qué no salieron de nuestro gusto, corregir, volver a analizar… En ese proceso estamos aprendiendo. No hay nada perfecto. Todo puede acercarse a la perfección.
Un fuerte abrazo,
PABLO GONZ
Ponerse para hacerlo mal parece absurdo pero fíjate la cantidad de empresas que fabrican cosas que saben que podrían haber hecho mucho mejor.
Un fuerte abrazo,
PABLO GONZ
Me recuerda a una frase que leí en Todo lo que realmente necesito saber lo aprendí en el parvulario: Lo que no merece la pena hacer, merece la pena no hacerlo bien (hablaba de un zapatero que los zapatos irreparables los devolvia con caramelos dentro).
Por cierto, a mi me pasa lo mismo que al amigo de El conocimiento…
Yo soy partidariode hacer las cosas lo mejor posible, sin importar la conciencia de que no serán perfectas. Aquí en Chile dicen: «echando a perder se aprende». Creo que es una gran verdad también, complementaria de la anterior.
Si te pasa lo mismo que al escritor de conocimiento, creo que puede estar faltándote técnica. ¿Cómo se desarrolla la técnica? Escribiendo, escribiendo, escribiendo… Reescribiendo, reescribiendo, reescribiendo… También leyendo, leyendo, leyendo… Y releyendo, releyendo, releyendo.
Abrazos enormes,
PABLO GONZ
A veces lo que merece ser hecho, para ser bien hecho, debe hacerse como se pueda. Hacerlo mal y mejorarlo, es ir haciéndolo bien.
Abrazos indios,
PABLO GONZ
Bueno, tampoco debe obcecarnos hacer las cosas perfectamente. A veces hay que ir aproximándose a los mejores resultados poco a poco.
Besos desde la tierra,
PABLO GONZ
Me pregunto como es que se le atribuye a mi señor padre la autoria de esta frase, que es una frase popular. No digo que no la dijera, pero sospecho que no es suya.
Pablo González Cuesta (Pablo Gonz) es un escritor español nacido en Sevilla (1968) y radicado en Valdivia (Chile) desde el año 2001. Hasta los tres años, vivió en Sao Paulo (Brasil) y a esa edad su familia se trasladó a Barcelona, donde permaneció hasta 1976. El siguiente destino fue Madrid, donde pasó la mayor parte de su infancia y su juventud, con frecuentes estancias en un pueblo de la Montaña Leonesa (Cofiñal) de donde procede su familia. Posteriormente, vivió durante casi un año (1991-1992) en Múnich (Alemania). En este mismo periodo se produjo su definitivo acercamiento a la literatura, siendo sus primeras referencias literarias Gabriel García Márquez, Eduardo Mendoza, León Tolstoy y Stefan Zweig. Tiene seis novelas publicadas: 1996: «La pasión de Octubre» (ed. Alba, Barcelona). 1997: «Experto en silencios» (ed. Bitzoc, Palma de Mallorca, España). 1998: «Los hijos de León Armendiaguirre» (ed. Planeta, Barcelona). 2008: «Libertad» (ed. Uqbar, Santiago de Chile). 2008: «Mío» (ed. Carisma, Badajoz, España). 2014: «Lavrenti y el soldado herido» (ed. 20:13, Valdivia, Chile). 2015: «Libertad» (ed. Fantasía, Madrid, España). «La saliva del tigre. Minificciones» es su único libro de microficción (2010).
17 agosto, 2011 a las 18:48
Sabias palabras, creo yo, del abuelo de Anita Dinamita.
Abrazos enormes,
PABLO GONZ
17 agosto, 2011 a las 19:15
Vaya, Pablo, esta no me la pierdo!!!!
Ese era mi abuelo al que apenas conocí, pero cuidado con el exceso de perfeccionismo, es verdad que hay que tratar de hacer las cosas lo mejor que se pueda, pero no como no se pueda.
Gracias por este detalle tan lindo
Abrazos
17 agosto, 2011 a las 19:31
Lo bien hecho es lo mejor que se pueda, no lo perfecto.
Abrazos lindos,
PABLO GONZ
17 agosto, 2011 a las 19:36
No sé quién es este Juan Pérez de la Ossa, pero es la frase seguro de un gran tipo…
Saludos.
18 agosto, 2011 a las 19:15
Es el abuelo de Anita Dinamita, entre otras cosas.
Un fuerte abrazo,
PABLO GONZ
17 agosto, 2011 a las 19:58
El destino ( o lo que quiera que sea ) se deleita en crear una gran capacidad para luego frustrarla. Tengo un amigo escritor que jamás ha escrito nada. Mentalmente elabora historias, de un tirón, sin tachaduras mentales ni correcciones ni rectificaciones. A él le parecen hermosas, perfectas, acabadas. Al principio se iba a su casa para redactarlas en el ordenador para escribírlas a la primera persona que le apeteciera, pero en cuanto se ponía manos a la obra se daba cuenta de que las palabras no eran las mismas y de que la magia de la creación ya no estaba en la pantalla. A veces lo veo sentado en la mesa de una cafetería, escribiendo en servilletas o en tiras de papel higiénico del bueno. Pero éstas le devuelven un pálido reflejo de su creación. No, no son esas las palabras,no son esos los giros. Así que desiste…
Algunos días me lo encuentro por la calle en trance, con los ojos fijos, ajeno al mundo que le rodea. Está escribiendo, escribiendo una historia preciosa que olvidará al instante. Una historia que nadie, nunca leerá…
Estoy de acuerdo contigo y con Juan Pérez de la Ossa.
Un fuerte abrazo, Pablo, a todos.
18 agosto, 2011 a las 19:16
Interesante personaje.
Abrazos fuertes,
PABLO GONZ
17 agosto, 2011 a las 20:14
Acuerdo con Juan, con Anita y con vos
Ah, cómo sonríe la vida cuando los amigos nos despiertan con una certeza (y su duda, como toda buen certeza carga en su mochila) radiante como un rayo de sol.
Abrazo de miércoles, Pablo.
18 agosto, 2011 a las 19:17
Abrazos de jueves, a cambio.
PABLO GONZ
17 agosto, 2011 a las 20:31
Esta cita me recuerda una máxima que desde hace años intento aplicar a mi vida: «Si no estás seguro de que lo que vas a hacer quedará bien, es mejor que no lo hagas». Evidentemente, a veces me equivoco.
18 agosto, 2011 a las 19:18
Hay que intentar que quede lo mejor posible. Y a la siguiente vuelta, un poquito mejor.
Abrazos enormes,
PABLO GONZ
17 agosto, 2011 a las 20:36
Hola Pablo, me gusta porque uno pone todo lo mejor en lo que hace, pasa que no siempre sale bien, y es ahí que nos enojamos primero con los elementos luego con el vecino después con nosotros mismos y por ultimo con el destino. pero de los resultados no somos enteramente responsables, y ello no nos tiene que preocupar al punto de traumatizarnos, saludos cordiales a todos, y un abrazo a ti Pablo
18 agosto, 2011 a las 19:19
No hay que traumatizarse. Hay que mirar las cosas, ver por qué no salieron de nuestro gusto, corregir, volver a analizar… En ese proceso estamos aprendiendo. No hay nada perfecto. Todo puede acercarse a la perfección.
Un fuerte abrazo,
PABLO GONZ
17 agosto, 2011 a las 20:48
Sabias palabras y creonos iría mejor a los seres humanos si fuera una constante en nuestras vidas.
Besicos muchos.
18 agosto, 2011 a las 19:20
Yo también creo eso: hay pocas cosas que produzcan mayor satisfacción que hacer las cosas lo mejor posible.
Un fuerte abrazo,
PABLO GONZ
18 agosto, 2011 a las 4:40
Es que si no es para hacerlo bien, para qué ponerse… ponerse para nada es tontería.
18 agosto, 2011 a las 19:21
Ponerse para hacerlo mal parece absurdo pero fíjate la cantidad de empresas que fabrican cosas que saben que podrían haber hecho mucho mejor.
Un fuerte abrazo,
PABLO GONZ
18 agosto, 2011 a las 20:10
porque para lo que las hacen es para ganar «pasta». Y eso lo hacen de miedo 🙂
Abrazos.
19 agosto, 2011 a las 18:42
Tienes razón. Se pasan el 50/50 por salva sea la parte.
18 agosto, 2011 a las 5:52
Esta es una GRAN GRAN verdad 😉
18 agosto, 2011 a las 19:21
Entonces, muchas muchas gracias.
Abrazos enormes,
PABLO GONZ
18 agosto, 2011 a las 5:58
Me recuerda a una frase que leí en Todo lo que realmente necesito saber lo aprendí en el parvulario: Lo que no merece la pena hacer, merece la pena no hacerlo bien (hablaba de un zapatero que los zapatos irreparables los devolvia con caramelos dentro).
Por cierto, a mi me pasa lo mismo que al amigo de El conocimiento…
18 agosto, 2011 a las 19:25
Yo soy partidariode hacer las cosas lo mejor posible, sin importar la conciencia de que no serán perfectas. Aquí en Chile dicen: «echando a perder se aprende». Creo que es una gran verdad también, complementaria de la anterior.
Si te pasa lo mismo que al escritor de conocimiento, creo que puede estar faltándote técnica. ¿Cómo se desarrolla la técnica? Escribiendo, escribiendo, escribiendo… Reescribiendo, reescribiendo, reescribiendo… También leyendo, leyendo, leyendo… Y releyendo, releyendo, releyendo.
Abrazos enormes,
PABLO GONZ
18 agosto, 2011 a las 11:14
Para hacerlo mal no se hace, claro.
Un saludo indio
18 agosto, 2011 a las 19:26
A veces lo que merece ser hecho, para ser bien hecho, debe hacerse como se pueda. Hacerlo mal y mejorarlo, es ir haciéndolo bien.
Abrazos indios,
PABLO GONZ
18 agosto, 2011 a las 22:18
Mi madre decía » Para hacerlo mal ya lo hago yo». La confianza que ponía en nosotros…
Besos desde el aire
19 agosto, 2011 a las 18:44
Bueno, tampoco debe obcecarnos hacer las cosas perfectamente. A veces hay que ir aproximándose a los mejores resultados poco a poco.
Besos desde la tierra,
PABLO GONZ
19 agosto, 2011 a las 16:48
Ni mi madre, que era muy redicha, lo hubiera explicado mejor.
Un abrazo
19 agosto, 2011 a las 18:44
Es que los abuelos tienen más experiencia que las madres.
Besazos,
PABLO GONZ
26 agosto, 2011 a las 16:09
Ahora entiendo de dónde viene tanta sabiduría en sus descendientes. Gran frase.
26 agosto, 2011 a las 18:24
Debe ser que la sabiduría chorrea por el árbol genealógico.
Abrazos,
PABLO GONZ
30 agosto, 2011 a las 17:06
Me pregunto como es que se le atribuye a mi señor padre la autoria de esta frase, que es una frase popular. No digo que no la dijera, pero sospecho que no es suya.
30 agosto, 2011 a las 18:19
Para informes me remito a Ana Vidal.
Un fuerte abrazo,
PABLO GONZ