Sí, en casa, rodeado de cuidados, como debe ser. Pasé en el hospital menos de 24 horas. Luego un día de perros (pero ¡de perros!) y ya un proceso más tranquilo y ordenado.
Sobre la postura social, yo elijo descastado.
Abrazos flojos, Rosana. Es que si los doy fuertes me duele.
P
Mi propuesta es que en el seno de la sociedad hay que elegir. Si no eliges, quedas fuera. Y ojo: el descastado no está fuera (simplemente no pertenece a ninguna casta).
Abrazos,
P
Si eliges demente, perteneces a la gran casta de los dementes. Dejas de ser descastada. Si eliges descastado, no podrás llegar a ser demasiado demente.
Sobre mi recuperación: vamos a ver cómo quedo.
Abrazos enormes,
P
Cometa, partícula, payaso de verdad, hasta las últimas consecuencias, más allá de ellas, allí donde se acaba el suelo, donde impera el viento. Es un lugar doloroso. Lástima que sea el único digno.
Demente de pura casta, proclamo. Descastado, por su analogía a desatascado, invoca una madeja de pelos viscosos en el sumidero del fregadero, que al fin corre tras un enema de ventosa.
Feliz convalecencia.
Pablo González Cuesta (Pablo Gonz) es un escritor español nacido en Sevilla (1968) y radicado en Valdivia (Chile) desde el año 2001. Hasta los tres años, vivió en Sao Paulo (Brasil) y a esa edad su familia se trasladó a Barcelona, donde permaneció hasta 1976. El siguiente destino fue Madrid, donde pasó la mayor parte de su infancia y su juventud, con frecuentes estancias en un pueblo de la Montaña Leonesa (Cofiñal) de donde procede su familia. Posteriormente, vivió durante casi un año (1991-1992) en Múnich (Alemania). En este mismo periodo se produjo su definitivo acercamiento a la literatura, siendo sus primeras referencias literarias Gabriel García Márquez, Eduardo Mendoza, León Tolstoy y Stefan Zweig. Tiene seis novelas publicadas: 1996: «La pasión de Octubre» (ed. Alba, Barcelona). 1997: «Experto en silencios» (ed. Bitzoc, Palma de Mallorca, España). 1998: «Los hijos de León Armendiaguirre» (ed. Planeta, Barcelona). 2008: «Libertad» (ed. Uqbar, Santiago de Chile). 2008: «Mío» (ed. Carisma, Badajoz, España). 2014: «Lavrenti y el soldado herido» (ed. 20:13, Valdivia, Chile). 2015: «Libertad» (ed. Fantasía, Madrid, España). «La saliva del tigre. Minificciones» es su único libro de microficción (2010).
30 enero, 2012 a las 9:46
A pesar de lo cual considero una obligación la construcción de un excelente lunes.
Abrazos flojos,
P
30 enero, 2012 a las 9:55
Hoy elijo demente, mañana ya veremos.
Feliz y demente lunes!!!
Abrazos reanimadores
PD ¿Ya estás en casa y recuperándote de la operación?
30 enero, 2012 a las 10:09
Sí, en casa, rodeado de cuidados, como debe ser. Pasé en el hospital menos de 24 horas. Luego un día de perros (pero ¡de perros!) y ya un proceso más tranquilo y ordenado.
Sobre la postura social, yo elijo descastado.
Abrazos flojos, Rosana. Es que si los doy fuertes me duele.
P
30 enero, 2012 a las 12:04
Yo no elijo, se puede ser ambos.
30 enero, 2012 a las 14:28
Mi propuesta es que en el seno de la sociedad hay que elegir. Si no eliges, quedas fuera. Y ojo: el descastado no está fuera (simplemente no pertenece a ninguna casta).
Abrazos,
P
30 enero, 2012 a las 12:10
Me gusta ser las dos, ya que es el anaquelado menos estrecho. Te deseo que te repongas y salgas del perro para ser un manso y lindo gato. Abrazo
30 enero, 2012 a las 14:31
Si eliges demente, perteneces a la gran casta de los dementes. Dejas de ser descastada. Si eliges descastado, no podrás llegar a ser demasiado demente.
Sobre mi recuperación: vamos a ver cómo quedo.
Abrazos enormes,
P
30 enero, 2012 a las 13:32
Pablo, ¿entonces quien es el resto de la gente que no se encuadra en esos clubs? La mayoría, ¿verdad?
Un fuerte abrazo.
30 enero, 2012 a las 14:33
La mayoría es demente, Nicolás. Los que no pertenecen a este grupo ni son descastados, simplemente no son sociedad.
Abrazos fuertes,
P
30 enero, 2012 a las 14:26
Aunque los demás terminan decidiendo por nosotros.
30 enero, 2012 a las 14:33
Sancionarán o no nuestras decisiones pero las decisiones son fruto del ejercicio privado de nuestra libertad.
Un fuerte abrazo,
P
30 enero, 2012 a las 16:46
No es saludable estar bien adaptado a una sociedad profundamente enferma, como dijo el sabio aquel, ya tú sabes…
Yo ni descastado ni demente, yo payaso con sombrero, con todas las consecuencias.
Que se jodan.
Para usted, un saludo constipado.
30 enero, 2012 a las 16:55
Cometa, partícula, payaso de verdad, hasta las últimas consecuencias, más allá de ellas, allí donde se acaba el suelo, donde impera el viento. Es un lugar doloroso. Lástima que sea el único digno.
30 enero, 2012 a las 17:23
Me apunto a descastado que demente me da yuyu. Feliz recuperación
30 enero, 2012 a las 17:26
Gracias, Ana. Hago lo que puedo. Un fuerte abrazo, P.
30 enero, 2012 a las 18:24
Me apunto a cualquiera de las dos 😉
30 enero, 2012 a las 20:07
A cara o cruz; sí, es una opción.
Abrazuelos,
P
30 enero, 2012 a las 18:51
Al menos, Don Pablo, si puede elegir uno aún tiene suerte. El problema es que la mayoría ha de ver como le eligen su destino.
Un abrazo demente y descastado.
30 enero, 2012 a las 20:12
A lo mejor tenemos que conformarnos con el destino pero decidirlo debemos decidirlo. Si no, dejaríamos de ser hombres.
Abrazos como sea,
P
30 enero, 2012 a las 19:56
¿Y si eliges estar más ida que una orza pitos?
Por fin vuelvooooooooooooooooooooo.
Besicos muchos.
30 enero, 2012 a las 20:13
Es una opción, Nani.
Gusto de verte de nuevo por aquí.
Abracicos,
P
30 enero, 2012 a las 22:48
Demente de pura casta, proclamo. Descastado, por su analogía a desatascado, invoca una madeja de pelos viscosos en el sumidero del fregadero, que al fin corre tras un enema de ventosa.
Feliz convalecencia.
31 enero, 2012 a las 10:27
Gracias, Víctor. Aquí vamos haciendo lo que podemos. No es mucho pero es algo.
Abrazos fuertes,
P
31 enero, 2012 a las 15:38
No sé, Pablo, como ya me dicen demente voy trabajar la parte descastada que tengo.
Abrazos flojitos de otra convalesciente
31 enero, 2012 a las 16:21
¿Qué te pasó, Elysa?
Abrazos un poco más fuertes,
P
1 febrero, 2012 a las 19:35
Me operaron de la mano derecha, ahora solo tecleo con la izquierda y es lento, muy lento.
Besitos
1 febrero, 2012 a las 21:14
Yo también estoy viviendo a un ritmo lento. Quizás este sea el ritmo normal de la vida.
Un beso solidario,
P
31 enero, 2012 a las 18:31
puedes elegir, luego te tacharán unos de demente, de descastado otros…
1 febrero, 2012 a las 8:56
Claro, claro. Ese es el trabajo de decisión de los demás.
31 enero, 2012 a las 23:07
Querido amigo, es verdad, estoy de acuerdo contigo, besos
1 febrero, 2012 a las 8:57
Besos, Celia, desde la misma mesa.
P
1 febrero, 2012 a las 14:55
Yo elijo ser demente, que cuando voy deculo me va fatal.
Abrazos con cuidadito
1 febrero, 2012 a las 21:15
Gracias, Ana. Te los devuelvo con fuerza equivalente.
P