Menos mal que tuve que ponerme las gafas para leer la letra pequeña. Menos mal. Con lo sensible que estoy yo con eso-ayer cumplí otro añito más-ponérmelas hoy me ha resultado un alivio.
Ya decía yo que me costó mucho sacar la paleografía… Ahora, lo del Barroco se me dio mejor, sí. Y lo del expresionismo me volvía loco…
Abrazos de vuelta, Pablo.
Pablo, yo que las llevó y hubo un tiempo que no, te diré que es una gran decepción cuando uno acude al oftalmólogo y se da cuenta que ve muchos menos de lo que pensaba. O al menos ellos así te lo expresan.
Por otro lado, me ha recordado el famoso chiste de Eugenio,en el que el cegato no es el paciente si no el facultativo.
Recuerdo cuando de pequeño leía aquello de «tonto el que lo lea» y cómo, sin culpa, me sentía tonto. Pues lo mismo. Habrá que tener mucho ojo con lo que uno lee. Regreso al siglo XX.
Eres una tía estupenda, Lola, de verdad, no te miento, me encantas, también me das un poquito de miedo, pero muy poquito, el justo para quererte más, y ya veremos, a La Palma con hogazas, ahí sí que será la gran guerra del pan, llévate casco.
Besitos tiernos,
P
Pablo González Cuesta (Pablo Gonz) es un escritor español nacido en Sevilla (1968) y radicado en Valdivia (Chile) desde el año 2001. Hasta los tres años, vivió en Sao Paulo (Brasil) y a esa edad su familia se trasladó a Barcelona, donde permaneció hasta 1976. El siguiente destino fue Madrid, donde pasó la mayor parte de su infancia y su juventud, con frecuentes estancias en un pueblo de la Montaña Leonesa (Cofiñal) de donde procede su familia. Posteriormente, vivió durante casi un año (1991-1992) en Múnich (Alemania). En este mismo periodo se produjo su definitivo acercamiento a la literatura, siendo sus primeras referencias literarias Gabriel García Márquez, Eduardo Mendoza, León Tolstoy y Stefan Zweig. Tiene seis novelas publicadas: 1996: «La pasión de Octubre» (ed. Alba, Barcelona). 1997: «Experto en silencios» (ed. Bitzoc, Palma de Mallorca, España). 1998: «Los hijos de León Armendiaguirre» (ed. Planeta, Barcelona). 2008: «Libertad» (ed. Uqbar, Santiago de Chile). 2008: «Mío» (ed. Carisma, Badajoz, España). 2014: «Lavrenti y el soldado herido» (ed. 20:13, Valdivia, Chile). 2015: «Libertad» (ed. Fantasía, Madrid, España). «La saliva del tigre. Minificciones» es su único libro de microficción (2010).
22 febrero, 2012 a las 8:15
En fin, la típica macarrada de miércoles. Espero que tengan un buen día.
Abraz@s,
PABLO GONZ
22 febrero, 2012 a las 8:36
Menos mal que tuve que ponerme las gafas para leer la letra pequeña. Menos mal. Con lo sensible que estoy yo con eso-ayer cumplí otro añito más-ponérmelas hoy me ha resultado un alivio.
Hoy no hay abrazo, hay beso.
22 febrero, 2012 a las 10:17
¿Y qué tal un abrazo con beso? Ahorremos en otras cosas, digo yo. Entonces…
Abrazos con besos,
P
22 febrero, 2012 a las 9:04
jajjajajaja un poquito de humor «socarrón» va bien so «gili…» jajajaja
Un saludo indio Pablo
Mitakuye Oyasin
22 febrero, 2012 a las 10:19
Tu risa retumba en las praderas, gran Mitayuke, arrancando arbustos y derribando bisontes. ¡No veas la barbaridad que estás armando!
Mi abrazo,
P
22 febrero, 2012 a las 9:39
Siempre me han gustado las pruebas de visión, así que yo sería de esos que quieren comprobar si ven bien ¡porque yo lo valgo!
Un abrazo
22 febrero, 2012 a las 10:20
Tú vales mucho, nena. Ya te lo he dicho siene y siene de veces. Aun así, te mando este ABRAZO ESPECIAL (¿se aprecia lo especial, no?),
P
22 febrero, 2012 a las 9:52
He tenido que acercarme para ver la última línea, así que me libro de lo de gilipollas para pasar a la categoría de cegato. un abrazo.
22 febrero, 2012 a las 10:21
Ego te absolvo, Manu.
Cuidate mucho, por favor,
P
22 febrero, 2012 a las 10:14
A mi mujer, estudiante de óptica, le va a encantar.
22 febrero, 2012 a las 10:21
Espero que sí, Cybr.
A cuidarse un montón,
P
22 febrero, 2012 a las 11:00
Yo voy leyendo todo bien hasta la penúltima frase. En la última me pierdo, ¿qué pone?
22 febrero, 2012 a las 11:10
Es que está escrito en letra cancilleresca, ¿sabes? No significa prácticamente nada. No te preocupes.
Abrazos barrocos (cada día más),
P
22 febrero, 2012 a las 15:04
Ya decía yo que me costó mucho sacar la paleografía… Ahora, lo del Barroco se me dio mejor, sí. Y lo del expresionismo me volvía loco…
Abrazos de vuelta, Pablo.
23 febrero, 2012 a las 11:27
Que sean con revuelta.
P
22 febrero, 2012 a las 11:03
Pablo, yo que las llevó y hubo un tiempo que no, te diré que es una gran decepción cuando uno acude al oftalmólogo y se da cuenta que ve muchos menos de lo que pensaba. O al menos ellos así te lo expresan.
Por otro lado, me ha recordado el famoso chiste de Eugenio,en el que el cegato no es el paciente si no el facultativo.
Un fuerte abrazo.
22 febrero, 2012 a las 11:52
No conozco ese chiste pero ya lo buscaré en youtube.
Un fuerte abrazo, Nicolás.
P
22 febrero, 2012 a las 12:16
Jajaj, qué bueno…
Lo de SO GILIPOLLAS bien grande es para asegurarse que lo lean quienes ven y quienes no ven? Ese oftalmólogo necesita unas vacaciones…
Un abrazo, sin insulto.
22 febrero, 2012 a las 12:40
Sí, para mí que está medio estresadillo.
Besitos, Su.
P
22 febrero, 2012 a las 12:52
Yo, ni eso. Tengo una visión malísima, malísima. Así que seguro que sonreiría y todo al cartel y le daría las gracias al de la óptica.
Más besos.
22 febrero, 2012 a las 12:53
Ah, entonces ¿las migas de pan se las estabas tirando a Alberto Flecha, no?
22 febrero, 2012 a las 21:25
Yo creo que es cosa de ajustar un poco el punto de mira, la puntería en sí es buenísima. Iban para ti, pero a mí me daban todas. Y de lleno.
23 febrero, 2012 a las 11:28
Habrá que corregirle el punto de mira a esta muchacha (si se deja) 😉
22 febrero, 2012 a las 13:19
Recuerdo cuando de pequeño leía aquello de «tonto el que lo lea» y cómo, sin culpa, me sentía tonto. Pues lo mismo. Habrá que tener mucho ojo con lo que uno lee. Regreso al siglo XX.
23 febrero, 2012 a las 11:30
Gracias por tu visita, Manuel. Pasaré por tus intervalos con calma.
Un fuerte abrazo y un gusto conocerte,
P
22 febrero, 2012 a las 13:21
Yo feliz de leer un letrero así y que tampoco tomaran mi tiempo.
23 febrero, 2012 a las 11:31
Lo importante es la salud.
Un fuerte abrazo,
P
22 febrero, 2012 a las 20:36
Bueno, bueno, al final me puse las gafas, ¡tramposo!! Jajajaja.
Besicos muchos.
23 febrero, 2012 a las 11:31
Te salvaste, Nani.
Un abracico,
P
22 febrero, 2012 a las 21:38
¡Uy, Don Pablo! La edad no perdona. Llevo gafas para leer. Ya sabe, la presbicia …
Un abrazo de cerca.
23 febrero, 2012 a las 11:33
También te salvaste, Pedro.
Un abrazo fuerte,
P
22 febrero, 2012 a las 21:42
Muy bueno, besos
23 febrero, 2012 a las 11:34
Besos, Celia, vuelan hacia Brasil,
P
22 febrero, 2012 a las 22:05
Las llevo para leer, ya sabe las presbicia y encima son monísimas rojas con florecitas… qué pone ahí…
Besitos
23 febrero, 2012 a las 11:34
Jajaja… ¡qué pilla eres!
También te salvaste.
Besos,
P
22 febrero, 2012 a las 23:00
Espera que me pongo las gafas…Jajajaja. Menos mal que no veo tres en un burro.
Besos y mil gracias (por todo, risas incluidas) desde el aire
23 febrero, 2012 a las 11:35
Gracias a ti por participar, Rosa, leyendo, enviando micros, etc. El año que viene la cita es en La Palma.
Besazos,
P
23 febrero, 2012 a las 12:20
Para matarte… yo forzando mis dioptrías, y tú, hala…
Un beso
23 febrero, 2012 a las 13:06
Es un micro de interactuación. En fin, perdona 😉
Abracillos,
P
24 febrero, 2012 a las 12:33
¡Qué pena! Una peinando canas y estos dos desalmados riéndose de mis desatinos. Ya nos veremos, ya. ¡Os vais a enterar!
Abrazos de boa contrictor.
24 febrero, 2012 a las 12:56
Eres una tía estupenda, Lola, de verdad, no te miento, me encantas, también me das un poquito de miedo, pero muy poquito, el justo para quererte más, y ya veremos, a La Palma con hogazas, ahí sí que será la gran guerra del pan, llévate casco.
Besitos tiernos,
P
24 febrero, 2012 a las 19:39
nunca hay que perder ese niño travieso que fuimos
he recordado un chiste de eugenio, uno de mis microcuentistas preferidos.
24 febrero, 2012 a las 21:25
¡Un artista como la copa de un pino! También uno de mis preferidos. ¿Le damos el Cervantes?
Abrazos fuertes,
P