mmm… no sé, ¿no dependerá de qué tan hidratados estemos cada uno de nosotros? ¿dos gotas de agua de dónde?
jajaja, pa’ decir algo, nomás. Me gustó tu comentario. Que pase el síndrome lunes.
Un abrazo.
No es por dar envidia pero por estos lares es lunes festivo :-). Me gustó mucho y se me ocurren unas cuantas intepretaciones físicas y, sobre todo, sensoriales. Vamos, que me ha gustado mucho
Saludos
Pues yo no las tenía todas conmigo, Puck. Dudé bastante antes de publicar esto. Si te gustó mucho, mis dudas se despejan al instante (mereció la pena el riesgo).
Abrazos fuertes,
PABLO GONZ
Te digo lo mismo que a Puck, Sauce llorón. Aunque parece obvio que te iba a gustar un hiperbreve que habla de lágrimas. 😉
Bienvenida por acá,
PABLO GONZ
Las lágrimas pueden ser idénticas pero su esencia totalmente diferente…
Los lunes, lunes son, pero esta vez, ahí, aquí… totalmente diferentes…
Muy bonito.
Abrazos de lunes
Sí, que tú también eres lunópata. A vosotros os llegará el jueves y ni siquiera tanto porque la perspectiva de una semana laboral de sólo dos días da casi risa. En fin, nosotros sólo tenemos el miércoles de feriado: trataremos de disfrutarlo.
Un fuerte abrazo,
PABLO GONZ
Quizá nuestras penas sean también idénticas, y por eso nuestras lágrimas se parecen. Me encanta el sabor de las lágrimas, cuando aún no se han mezclado con los mocos :p
Por si acaso Pablo, te presto mi hombro para llorar por esta semana laborable-festiva que se nos ha echado encima!!!
Un gran abrazo relajado
Yo me he dado cuenta de que en la literatura, por ejemplo, suele haber consenso en el carácter dramático de algunas obras. Sin embargo, otras obras que supuestamente son de humor, no le hacen gracia a todo el mundo (la risa se desata por motivos más específicos o fronterizos). Seguramente el ser humano aprendió a llorar antes que a reír.
Grandes abrazos relajados a pesar de todo.
Está perfecto porque así es con las lágrimas:sólo en que son dos gotas de agua se parecen. Las almas que están llorando, o, si preferís una expresión menos mística, las energías que las convocan, pueden diferir tanto entre sí como sólo los seres humanos somos capaces de diferenciarnos.
Disculpá Pablo, a mí los lunes me vuelven pesada.
Un abrazo
Me está sorprendiendo este post. Lo arrojé al mar con poco convencimiento y veo que suscita muchas respuestas. ¡Tengo buenos lectores!
Abrazos, Patricia, y gracias por venir.
PABLO GONZ
WOW¡¡ vuelve el típico tonto del hacha¡
Lo siento, o no se si sentirlo…pero tus típicos tontos del hacha son de lo mejorcito del blog 😉 (Al menos para un servidor)
No seré yo quien haga de menos a tus invitados, a tus homenajes, a tus citas en la cumbre o a tu saliva del tigre. NO. Ni muchísimo menos¡, pero…joder¡ que buenos que son¡
Un abrazo Pablo.
Muchas gracias, Antonio. Te confieso algo: pensaba dejar descansar al típico tonto del hacha pero le leeré tu comentario, a ver si se anima a seguir escribiendo.
Abrazos fuertes,
PABLO GONZ
Por algo en agua consiste la mayoría de nuestros componentes, las lágrimas al fin agua con sal pueden ser dulces o amargas, dependiendo de la emoción que las impulse.
Tus palabras te invitan a pasar a una estancia de posibles y tal vez. Las degusto despacio y con sumo apetito.
Por cierto, por estos territorios de altos y fríos desamparos, se nos han helado las dos lágrimas y todo el resto del llanto; hasta la risa nos ha quedado quieta, como de mueca. Como comprenderás, así no hay Dios que se atreva con la tristeza.
Un abrazo involuntariamente hierático.
Pablo González Cuesta (Pablo Gonz) es un escritor español nacido en Sevilla (1968) y radicado en Valdivia (Chile) desde el año 2001. Hasta los tres años, vivió en Sao Paulo (Brasil) y a esa edad su familia se trasladó a Barcelona, donde permaneció hasta 1976. El siguiente destino fue Madrid, donde pasó la mayor parte de su infancia y su juventud, con frecuentes estancias en un pueblo de la Montaña Leonesa (Cofiñal) de donde procede su familia. Posteriormente, vivió durante casi un año (1991-1992) en Múnich (Alemania). En este mismo periodo se produjo su definitivo acercamiento a la literatura, siendo sus primeras referencias literarias Gabriel García Márquez, Eduardo Mendoza, León Tolstoy y Stefan Zweig. Tiene seis novelas publicadas: 1996: «La pasión de Octubre» (ed. Alba, Barcelona). 1997: «Experto en silencios» (ed. Bitzoc, Palma de Mallorca, España). 1998: «Los hijos de León Armendiaguirre» (ed. Planeta, Barcelona). 2008: «Libertad» (ed. Uqbar, Santiago de Chile). 2008: «Mío» (ed. Carisma, Badajoz, España). 2014: «Lavrenti y el soldado herido» (ed. 20:13, Valdivia, Chile). 2015: «Libertad» (ed. Fantasía, Madrid, España). «La saliva del tigre. Minificciones» es su único libro de microficción (2010).
6 diciembre, 2010 a las 12:08
De lunes. No digo más.
P
6 diciembre, 2010 a las 12:22
mmm… no sé, ¿no dependerá de qué tan hidratados estemos cada uno de nosotros? ¿dos gotas de agua de dónde?
jajaja, pa’ decir algo, nomás. Me gustó tu comentario. Que pase el síndrome lunes.
Un abrazo.
6 diciembre, 2010 a las 13:21
A mí me dura hasta el martes, nomás.
Abrazos,
PABLO GONZ
6 diciembre, 2010 a las 12:24
¿Agua de mar, saladas? Buen comienzo de semana, para Pablo y todos los que lo seguimos. Neli :):):)
6 diciembre, 2010 a las 13:22
Gracias, Neli. Espero que más que «seguir» sea «caminar un trecho juntos».
Abrazos fuertes,
PABLO GONZ
6 diciembre, 2010 a las 12:25
No es por dar envidia pero por estos lares es lunes festivo :-). Me gustó mucho y se me ocurren unas cuantas intepretaciones físicas y, sobre todo, sensoriales. Vamos, que me ha gustado mucho
Saludos
6 diciembre, 2010 a las 13:24
Pues yo no las tenía todas conmigo, Puck. Dudé bastante antes de publicar esto. Si te gustó mucho, mis dudas se despejan al instante (mereció la pena el riesgo).
Abrazos fuertes,
PABLO GONZ
6 diciembre, 2010 a las 12:44
¡Oh… cuánto me ha gustado!
6 diciembre, 2010 a las 13:26
Te digo lo mismo que a Puck, Sauce llorón. Aunque parece obvio que te iba a gustar un hiperbreve que habla de lágrimas. 😉
Bienvenida por acá,
PABLO GONZ
6 diciembre, 2010 a las 13:37
No, Pablo, no creas que era tan evidente… es que mis microgotas de sauce sajado son idénticas a las de mi amor, el tonto del hacha.
Encantada de descubrir este espacio tan inmenso. Un abrazo
6 diciembre, 2010 a las 14:16
Y yo encantado de que leas por aquí.
Un abrazo,
PABLO GONZ
6 diciembre, 2010 a las 12:53
Las lágrimas pueden ser idénticas pero su esencia totalmente diferente…
Los lunes, lunes son, pero esta vez, ahí, aquí… totalmente diferentes…
Muy bonito.
Abrazos de lunes
6 diciembre, 2010 a las 13:28
Sí, que tú también eres lunópata. A vosotros os llegará el jueves y ni siquiera tanto porque la perspectiva de una semana laboral de sólo dos días da casi risa. En fin, nosotros sólo tenemos el miércoles de feriado: trataremos de disfrutarlo.
Un fuerte abrazo,
PABLO GONZ
6 diciembre, 2010 a las 13:38
Muy bueno, Pablo. La diferencia puede estar en el engranaje que las empuja a salir. Abrazos festivos.
6 diciembre, 2010 a las 14:17
Sostengo que los humanos lloramos siempre por lo mismo pero reímos por razones diferentes. Pero aún me falta reunir datos.
Abrazos fuertes, Maite.
6 diciembre, 2010 a las 13:49
Quizá nuestras penas sean también idénticas, y por eso nuestras lágrimas se parecen. Me encanta el sabor de las lágrimas, cuando aún no se han mezclado con los mocos :p
Por si acaso Pablo, te presto mi hombro para llorar por esta semana laborable-festiva que se nos ha echado encima!!!
Un gran abrazo relajado
6 diciembre, 2010 a las 14:21
Yo me he dado cuenta de que en la literatura, por ejemplo, suele haber consenso en el carácter dramático de algunas obras. Sin embargo, otras obras que supuestamente son de humor, no le hacen gracia a todo el mundo (la risa se desata por motivos más específicos o fronterizos). Seguramente el ser humano aprendió a llorar antes que a reír.
Grandes abrazos relajados a pesar de todo.
6 diciembre, 2010 a las 13:58
Lógico y a la vez poético. Me gusta.
Un abrazo.
6 diciembre, 2010 a las 14:22
Gracias, Fernando. Siempre es un placer tenerte por aquí.
Abrazos fuertes,
PABLO GONZ
6 diciembre, 2010 a las 14:06
Hermoso, ingenioso el micro, que tiene muchas opciones de lectura.
Un abrazo de admiración.
6 diciembre, 2010 a las 14:23
Gracias, Tatiana. Con este micro reconozco que me lancé a la piscina sin saber si tenía agua.
Abrazos fuertes,
PABLO GONZ
6 diciembre, 2010 a las 15:26
Me gusta muchísimo Pablo. Me gusta por el aliento poético y por ser inclasificable.
Un abrazo
6 diciembre, 2010 a las 17:33
Es delicioso lo de escribir algo inclasificable, ¿no? Pero se sufre hasta que a alguien le gusta eso.
Abrazos fuertes, Rosana.
PABLO GONZ
6 diciembre, 2010 a las 17:19
Está perfecto porque así es con las lágrimas:sólo en que son dos gotas de agua se parecen. Las almas que están llorando, o, si preferís una expresión menos mística, las energías que las convocan, pueden diferir tanto entre sí como sólo los seres humanos somos capaces de diferenciarnos.
Disculpá Pablo, a mí los lunes me vuelven pesada.
Un abrazo
6 diciembre, 2010 a las 17:36
Me está sorprendiendo este post. Lo arrojé al mar con poco convencimiento y veo que suscita muchas respuestas. ¡Tengo buenos lectores!
Abrazos, Patricia, y gracias por venir.
PABLO GONZ
6 diciembre, 2010 a las 18:42
Nuestras lágrimas, todas las lágrimas se parecen, pero no vienen del mismo sentimiento. O sea que no son iguales. Me gustó típico tonto del hacha.
Besos sin llanto.
6 diciembre, 2010 a las 18:47
Gracias, Lola. A mí me gustó que te gustase.
Abrazos secos,
PABLO GONZ
6 diciembre, 2010 a las 19:33
De dolores y pesares, vivencias que comparten.
Un abrazo de lunes estimado Pablo.
6 diciembre, 2010 a las 20:13
Gracias, Daniel.
Un abrazo también para ti,
PABLO GONZ
6 diciembre, 2010 a las 20:17
Dolorosa empatía.
6 diciembre, 2010 a las 20:30
Me recordó a «recóndita armonía».
Por algo será.
Abrazos,
PABLO GONZ
6 diciembre, 2010 a las 21:06
WOW¡¡ vuelve el típico tonto del hacha¡
Lo siento, o no se si sentirlo…pero tus típicos tontos del hacha son de lo mejorcito del blog 😉 (Al menos para un servidor)
No seré yo quien haga de menos a tus invitados, a tus homenajes, a tus citas en la cumbre o a tu saliva del tigre. NO. Ni muchísimo menos¡, pero…joder¡ que buenos que son¡
Un abrazo Pablo.
7 diciembre, 2010 a las 12:01
Muchas gracias, Antonio. Te confieso algo: pensaba dejar descansar al típico tonto del hacha pero le leeré tu comentario, a ver si se anima a seguir escribiendo.
Abrazos fuertes,
PABLO GONZ
7 diciembre, 2010 a las 8:02
Por algo en agua consiste la mayoría de nuestros componentes, las lágrimas al fin agua con sal pueden ser dulces o amargas, dependiendo de la emoción que las impulse.
7 diciembre, 2010 a las 12:01
Así es, Carlos. Siempre me llamó la atención que la risa y el llanto, en sus condiciones extremas, se parecen bastante.
Abrazos fuertes,
PABLO GONZ
7 diciembre, 2010 a las 10:41
Tus palabras te invitan a pasar a una estancia de posibles y tal vez. Las degusto despacio y con sumo apetito.
Por cierto, por estos territorios de altos y fríos desamparos, se nos han helado las dos lágrimas y todo el resto del llanto; hasta la risa nos ha quedado quieta, como de mueca. Como comprenderás, así no hay Dios que se atreva con la tristeza.
Un abrazo involuntariamente hierático.
7 diciembre, 2010 a las 12:04
Abríguense, nomás, que lo de «rigor frigoris» no es nada agradable.
Abrazos desentumecedores,
PABLO GONZ
7 diciembre, 2010 a las 21:35
Pablo,
disfruto tanto con tus publicaciones como con tus comentarios.
Es un placer.Besos
7 diciembre, 2010 a las 23:43
Gracias, Dayana. Yo disfruto con tu disfrute, de modo que todo bien.
Abrazos fuertes,
PABLO GONZ
9 diciembre, 2010 a las 0:11
No lo sé, Pablo. Las lágrimas por un hijo son diferentes que las lágrimas por un amante o por un cólico renal.
9 diciembre, 2010 a las 11:52
Muchas gracias por tu opinión, Ada.
Abrazos fuertes,
PABLO GONZ