¿De dónde venían? ¿Adónde iban? ¿Quiénes eran? ¿Qué eran? Traté de pulir este espejo donde cada cual puede ver la parte más sobresaliente de su rostro.
Abrazos trigésimos, Ana.
PABLO GONZ
Siempre tuve debilidad por los ancianos. Ellos son los una especie de historia viviente a la que se debería respetar y quererlos como se merecen. Lamentablemente, muchos no piensan como yo. Pero su sapiencia aunque sean analfabetos, es la de la vida misma. Un saludo grande. Neli ☼
Suscribo tu comentario palabra por palabra. La sabiduría de los ancianos llega muchas veces al extremo de expresarse a través del silencio: ese enorme consejo.
Abrazos grandes, Neli, y gracias por venir.
PABLO GONZ
Tu pulga Pablo me ha recordado el fragmento de una película donde una joven le pregunta a un anciano si echa de menos a su difunta esposa. «Echo de menos la vida», contesta el anciano. Me imagino a esa jauria de ancianos recorriendo la ciudad en busca de sus recuerdos, de sus gozos, de sus sombras, de sus vidas perdidas. Sin duda, logras con pocas palabras una imagen muy potente. Me gustó mucho.
¡Buen olfato, Agustín! Esta pulga es fruto de una obsesión infantil derivada de una película. En cierto planeta todos sus habitantes eran ancianos pero montaban en triciclos, jugaban a la pelota, saltaban a la comba… Hace unos días vi en Valdivia a una jauría de perros que perseguían a una perrita en celo. Esto me resucitó aquella vieja imagen así que las combiné con el resultado que está a la vista.
Abrazos obsesivos,
PABLO GONZ
Sí, a mí también me da bastante miedo. Me parece que el contexto social necesario para que esta imagen sea coherente debe ser un contexto atroz.
Abrazos traumáticos, Alberto.
PABLO GONZ
Lo que más miedo me da es que está en pasado. Parece que nos proyecta hacia el futuro, cuando seamos nosotros los que corramos por la vida como depredadores.
Me recuerda a una anécdota, de no muy buen tono y que espero que me perdones, que en realidad representa esas ansias de vida cuando vemos que se nos escapa. Decía el tío de un amigo mío, un mozo viejo de aquellos solterones de antes que todavía trataban de saltar corrales superando achaques y reumas, que las mujeres cuanto más viejas eran mejores en la cama.
-¿Y eso por qué? -le pregunté.
-¡Porque cada polvo que echan lo echan como si fuera a ser el último!
Es interesante la anécdota que cuentas. Aplicable a todo, en realidad, porque como no sabemos cuándo vamos a morir, muchas veces pasamos por la vida sin disfrutar plenamente de lo que ésta nos ofrece. Por lo mismo y según cuentan, las enfermedades graves que superamos nos permiten aprender a ver el mundo con ojos diferentes.
No me gusta el paralelo de la ancianidad con los animales, pero si hay alguna semejanza es porque los perros cuando están en jauría están confusos y sólo tienen un objetivo. Abrazo y buen finde.
Y sin embargo en esa contradicción, creo yo, radica buena parte de la fuerza del micro: suponemos a los ancianos como seres pacíficos y bondadosos. ¿Puede ser así una jauría de perros? Por otro lado, ¿no son los ancianos animales?
Abrazos fuertes, Silvia, y gracias por dejar un comentario tan sugerente.
PABLO GONZ
Aterradora imagen. No sé porqué pero pensé inmediatamente en un vetusto grupo de la inquisición buscando quemar en la hoguera libros, ideas jóvenes, nuevas o diferentes. Saludillos de fin de semana
Hablando desde un punto de vista claramente egoísta, me encanta escribir estos hiperbreves de significado tan abierto y poder atender a cómo cada cual los reviste a su modo. Mi imaginación se desarrolla con los aportes ajenos y eso me agrada mucho.
Abrazos agradecidos, Puck, y que tengas un buen fin de semana.
PABLO GONZ
Me parecen muy simpáticos estos ancianos, están en la flor de la senectud 🙂 Por qué los jóvenes pueden unirse y los abuelitos no? Que Dios les conceda una buena salud.
Delicados abrazos gerontófilos y buen fin de semana.
Otra interpretación cargada de fuerza. «Ancianos en la flor de la senectud», ¡maravilloso!»
Gracias, Tatiana, y que lo pases muy bien este fin de semana. Gracias por venir,
Павeл Данилович Гонц
Cuando vivía en Alemania siempre quise preguntar a los viejos sobre la gran guerra. Pero no había viejos. Sólo había viejas. Viejas en el autobús. Y siempre reían. ¿Cómo iba a preguntarles nada?
Abrazos gerontonoséqué
Es verdad, Gabriel. Yo viví en Munich entre los años 1991 y 1992. Y se veían muy pocos viejos. Los que sobrevivieron estaban tullidos o no tenían ganas de hablar con nadie (tullidos).
Abrazos gerontoalgo y que tengas un estupendo fin de semana,
PABLO GONZ
Pablo es espeluznante el micro. Así de sencillo así de complejo. Unir las palabras jauría y ancianos ha sido un acierto. Salen miles de historias de ahí: qué pasó antes, cómo han llegado a esa situación, qué harán, qué buscan…perfecto.
Rosana,
Me honras con tu visita y con tus palabras. Con permiso guardaré copia de este comentario en mi carpeta de inolvidables porque viniendo de ti adquiere muchísimo valor.
Un abrazo muy fuerte y gracias por venir.
PABLO GONZ
El término ANCIANO, se ha prostituído por convenecias empresariales y cálculos de actuaría que tienden a mostrar una igualdad de circunstancias donde no la hay.
Tal como el principio actuarial que indica que si mi vecino tiene seis coches y yo ninguno tenemos tres coches cada uno.
Al igual la edad es un sofisma y en la historia encontramos gran carga de lucidez y potencia en edades avanzadas,al igual que personas que decaen a temprana edad.
Los resultados de las prácticas discriminatorias que traen aplicar dichos raseros contra personas que han pasado de los 40, muchas veces son abusivos y tienden a suprimir del contexto social a gente que goza de plenitud de facultades.
Por otro lado, si hubiese más conciencia la sociedad lucharía por garantizar estímulos económicos al llegar a ciertas edades, ya que la mayoría llegaremos a cumplirlas y redundaría en nuestro bien.
Suscribo letra por letra tu comentario, Carlos. Los prejuicios sociales pesan sobre todos los grupos etarios así como sobre los géneros. Este tipo de microdiscursos como el que acabas de pronunciar nos alejan de esos prejuicios y les restan fuerza. Muchas gracias por ello.
Abrazos fuertes,
PABLO GONZ
Ya lo han dicho más arriba, pero no por eso voy a dejar de decir lo que me parece, aunque me repita, ¿no crees? La imagen es inquietante, realmente turbadora, zozobra en estado puro. Y mientras esto escribo, me voy a la RAE a comprobar exactamente el significado de «jauría», y leo la segunda acepción, con tu imagen todavía fresca en mi cabeza, y casi se me ponen los pelos de punta. Y no exagero aunque yo siempre tienda ligeramente a la exageración. ¿Te los imaginas, persiguiendo con saña a otro grupo, a un grupo de jóvenes, por ejemplo? ¿Te los imaginas? ¿Te imaginas a los jóvenes desvalidos, indefensos, temblorosos escapando de la jauría de ancianos? Tremendo.
Te agradezco mucho tu comentario, Iván. Con tu «tijera de Lish» abres el micro para mirarle los entresijos. A mí también me parece inquietante este hiperbreve pero te confieso algo: pensé que a lo mejor su extensión era insuficiente para transmitir el sentimiento. Veo que en tu caso bastó, y entonces a mí ya me vale.
Abrazos desbordados y aun así trémulos.
PABLO GONZ
Te mando un correo electrónico al que tienes publicado. Y por cierto, el problema no es la desnudez o no del payaso, sino «el día que nos obligaron a vestirnos».
Muchísimas gracias, Baizabal. Como contaba antes, no le tenía mucha fe a este hiperbreve. Pensé en contar la historia (o la imagen) de un modo menos comprimido pero al final opté por el riesgo. Parece que así viaja mejor.
Abrazos fuertes,
PABLO GONZ
La jauría es solidaria pero destructiva hacia los demás . Abandonan su condición de sumisión y lealtad porque se ven abandonados y solos. Estrategia de equipo. Mentalidad de supervivencia.
Así es. Pocas cosas me producen más terror que las jaurías humanas, esos grupos enceguecidos (de seguidores fanáticos de un equipo, partido o religión) que dejan a un lado sus responsabilidades individuales para entregarse al furor de los ladridos y los mordiscos. En ese ambiente surge, sin duda, el verdadero héroe: aquel que es capaz de pararse delante de esa masa y decir «no». ¿Resultado habitual? El atropello.
En fin, muchas gracias, Fernando, por tu comentario, tan sugerente, y bienvenido por estos lares.
Un cordial saludo,
PABLO GONZ
Yo no creo que lleguen nunca a implementarse medidas de exterminio masivo. Sí, quizás, medidas severas de control de natalidad. Por otro lado, las sociedades son «autopoyéticas» (según el término de Humberto Maturana), es decir, que se autorregulan. Aumenta la población, con ella el hacinamiento; disminuye la salud, se eleva la mortandad. De este modo, si no existe una política saludable para el planeta en su conjunto, el planeta se regula por sí mismo (con toda la crueldad de los sistemas ciegos). ¿Padecimiento? Mucho.
Un abrazo, Odys, y gracias por venir. Enlacé tu blog para poder llegar a visitarte.
PABLO GONZ
MI AMIGO, ¿PARA QUÉ AGREGAR «DE PERROS»?
COMO INTEGRANTE DE ESA JAURÍA, ATRAVIESO CASI A DIARIO LAS CIUDADES , TRATANDO DE EVITAR LOS LATIGAZOS DE LOS PERREROS. DEBO CONFESAR QUE A VECES LOGRO HACERLO.
CUANDO ALCANZO LA OTRA PUNTA, A PESAR DE LOS PUAZONES, LES HAGO PITO CATALÁN.
MIJAEL BEN ARIEH
Bueno, Mijael, es que los ancianos de mi relato son los de ese relato; no necesariamente los de nuestras ciudades que no están preparadas, desde luego, para ningún tipo de anciano.
Pregunta: ¿Qué es «pito catalán»?
Abrazos fuertes y gracias por venir.
PABLO GONZ
¿NO CREES QUE EN ALGUNOS MOMENTOS DE LA HISTORIA DE LA HUMANIDAD, EXISTIERON INDIVIDUOS O GRUPOS DE EXTERMINADORES QUE PROGRAMARON PROYECTOS DE EXTERMINIO MASIVO?
DESEO ENVIARLE AL PADRE DE ODYS MIS CÁLIDOS SALUDOS POR TENER CONCIENCIA DE LA CRUDA REALIDAD. ESTOY CONVENCIDO DE QUE YA HA NACIDO QUIEN ESTÁ PROGRAMANDO LO QUE EL PIENSA.Y ME PERMITO AVISARLE QUE SU PAPÁ HABLA EN SERIO.
MIJAEL.
Claro que ha habido exterminadores, Mijael. Y los habrá en el futuro. Pero me cuesta pensar que algún político actual sea capaz de proponer hoy esa «solución final» que más bien me parece el principio de muchos problemas antes que una solución.
Más abrazos,
PABLO GONZ
Lo buscaré, Malena. De momento, ¿algún dato más preciso? No he leído ese libro y me pierdo el sentido de tu comentario.
Un fuerte abrazo y gracias por venir.
PABLO GONZ
Estoy segura que te gustará mucho. Cuando puedas, leelo.
También se hizo una película bastante bien adaptada en 1975, pero no creo que esté disponible online.
Gracias, Malena. Leí el resumen y me tinca mucho, como se dice aquí en Chile. Últimamente me sedujo «Dormir al sol» y creo que voy a terminar por convertirme en fan de Bioy. De Borges he leído todos sus libros clásicos pero me pasa con él que me va hastiando. Con Bioy es al revés. Parte de un horizonte menos brillante pero va creciendo y creciendo. Quizás por eso ambos hicieron tan buena amistad.
En fin, muchas gracias por los datos. Aprendí y se me encendieron las ganas de leer el «Diario de la Guerra del Cerdo». ¡Qué título tan increíble!
PABLO GONZ
Obrigada, Pablo, por tao simpaticas e gentis palavras sobre Portugal e os Portugueses!
E muito bem-vindo ao Terras Lusas e tambem ao Presepio , o meu blogue sobre os Paises Baixos-onde vivo- e as minhas viagens pela Europa.
No Verao, estive tambem em Espanha e vim encantada!!!
Bom Domingo! 🙂
Gracias a ti, Sandra, por devolverme la visita. Me puse a navegar por fuera de mis rutas habituales y me encontré con muchas cosas bonitas. Las fotografías de tu blog me trajeron al recuerdo tantos buenos momentos. ¡Bello Portugal!
Abrazos fuertes,
PABLO GONZ
Hello Pablo:
Thank you for visiting my blog and leaving me a comment. Do you have a translater for your blog as I am not able to understand your languauge? Ciao…
Here you have a universal translator. Perhaps it is useful for you, Sherry. Thank you for your interest in my blog.
Kisses,
PABLO GONZ http://translate.eu/
No se porque razón nada más leer este texto me ha venido a la mente una película francesa que vi hace algún tiempo titulada «Les revenants», imaginaos lo que podría ocurrir si de repente un día los muertos vuelven a la vida y hubiera que reintegrarlos en la sociedad… (No, no es una pelicula de zombies, los resucitados no son asesinos voraces sino los queridos familiares de los habitantes del lugar.)
Recomiendo su visionado, el argumento es muy interesante. Saludos.
Pues es muy posible que ésta sea la película que me impresionó siendo niño. O quizás es otra. Recuerdo a viejos montando en triciclos. Era una cosa muy rara que me caló muy hondo. Buscaré la peli para verla.
Abrazos fuertes, Gotzon, y gracias por venir.
PABLO GONZ
Gracias, Gotzon. No debe de ser la misma que yo vi porque recuerdo que aquella era en blanco y negro. En todo caso, puede que sean mis recuerdos, que envejecieron. ¡Impresionante la imagen de los muertos invadiendo las calles!
Abrazos fuertes y de nuevo gracias por el aporte.
PABLO GONZ
LO DEL PITO CATALÁN ES UNA FORMA GESTUAL DE BURLA HACIA EL OTRO. EN MIS EPOCAS DE GUAGUA (COMO DICEN POR ALLI DE LOS NIÑOS PEQUEÑOS) ESTA FRASE SE ESCUCHABA A MENUDO PARA INDICAR ESA ACCION.
EJEMPLO: «A TODO LO QUE PIDO LE HACES PITO CATALÁN»
PARA LA ACCION DEL PITO CATALÁN, SE COLOCA EL PULGAR SOBRE LA NARIZ Y SE HACEN BAILAR LOS OTROS DEDOS COMO TOCANDO LA FLAUTA Y MOSTRANDO GESTOS GROTESCOS, COMO DE BURLA.
ESPERO QUE NO LE HAGAS «PITO CATALÁN» A ESTA ACLARACIÓN.
MIJAEL
En absoluto, Mijael. Encantado de haber aprendido a designar por su nombre al pito catalán, gesto que conocía pero que jamás imaginé que se podía designar con estas dos palabras.
Abrazos fuertes y gracias por la aclaración,
PABLO GONZ
Pablo González Cuesta (Pablo Gonz) es un escritor español nacido en Sevilla (1968) y radicado en Valdivia (Chile) desde el año 2001. Hasta los tres años, vivió en Sao Paulo (Brasil) y a esa edad su familia se trasladó a Barcelona, donde permaneció hasta 1976. El siguiente destino fue Madrid, donde pasó la mayor parte de su infancia y su juventud, con frecuentes estancias en un pueblo de la Montaña Leonesa (Cofiñal) de donde procede su familia. Posteriormente, vivió durante casi un año (1991-1992) en Múnich (Alemania). En este mismo periodo se produjo su definitivo acercamiento a la literatura, siendo sus primeras referencias literarias Gabriel García Márquez, Eduardo Mendoza, León Tolstoy y Stefan Zweig. Tiene seis novelas publicadas: 1996: «La pasión de Octubre» (ed. Alba, Barcelona). 1997: «Experto en silencios» (ed. Bitzoc, Palma de Mallorca, España). 1998: «Los hijos de León Armendiaguirre» (ed. Planeta, Barcelona). 2008: «Libertad» (ed. Uqbar, Santiago de Chile). 2008: «Mío» (ed. Carisma, Badajoz, España). 2014: «Lavrenti y el soldado herido» (ed. 20:13, Valdivia, Chile). 2015: «Libertad» (ed. Fantasía, Madrid, España). «La saliva del tigre. Minificciones» es su único libro de microficción (2010).
15 octubre, 2010 a las 12:20
Para terminar la semana, queridos todos, este hiperbreve extraído de «La saliva del tigre».
Que tengan un buen fin de semana.
Abrazos,
PABLO GONZ
15 octubre, 2010 a las 12:37
¿Adonde iban? Esto me suena de algo, creo que van a pedir cuentas, que Dios nos pille confesados!
Un abrazo findesemanesco elevado a 33
15 octubre, 2010 a las 12:57
¿De dónde venían? ¿Adónde iban? ¿Quiénes eran? ¿Qué eran? Traté de pulir este espejo donde cada cual puede ver la parte más sobresaliente de su rostro.
Abrazos trigésimos, Ana.
PABLO GONZ
15 octubre, 2010 a las 12:58
Siempre tuve debilidad por los ancianos. Ellos son los una especie de historia viviente a la que se debería respetar y quererlos como se merecen. Lamentablemente, muchos no piensan como yo. Pero su sapiencia aunque sean analfabetos, es la de la vida misma. Un saludo grande. Neli ☼
15 octubre, 2010 a las 14:25
Suscribo tu comentario palabra por palabra. La sabiduría de los ancianos llega muchas veces al extremo de expresarse a través del silencio: ese enorme consejo.
Abrazos grandes, Neli, y gracias por venir.
PABLO GONZ
15 octubre, 2010 a las 13:07
Tu pulga Pablo me ha recordado el fragmento de una película donde una joven le pregunta a un anciano si echa de menos a su difunta esposa. «Echo de menos la vida», contesta el anciano. Me imagino a esa jauria de ancianos recorriendo la ciudad en busca de sus recuerdos, de sus gozos, de sus sombras, de sus vidas perdidas. Sin duda, logras con pocas palabras una imagen muy potente. Me gustó mucho.
Enhorabuena y un abrazo voraz.
15 octubre, 2010 a las 14:29
¡Buen olfato, Agustín! Esta pulga es fruto de una obsesión infantil derivada de una película. En cierto planeta todos sus habitantes eran ancianos pero montaban en triciclos, jugaban a la pelota, saltaban a la comba… Hace unos días vi en Valdivia a una jauría de perros que perseguían a una perrita en celo. Esto me resucitó aquella vieja imagen así que las combiné con el resultado que está a la vista.
Abrazos obsesivos,
PABLO GONZ
15 octubre, 2010 a las 13:19
¡Qué miedo! Dan ganas de refugiarse en algún útero materno. Señora ¿me presta el suyo?
Un abrazo atávico, Pablo.
15 octubre, 2010 a las 14:31
Sí, a mí también me da bastante miedo. Me parece que el contexto social necesario para que esta imagen sea coherente debe ser un contexto atroz.
Abrazos traumáticos, Alberto.
PABLO GONZ
15 octubre, 2010 a las 16:01
Lo que más miedo me da es que está en pasado. Parece que nos proyecta hacia el futuro, cuando seamos nosotros los que corramos por la vida como depredadores.
Me recuerda a una anécdota, de no muy buen tono y que espero que me perdones, que en realidad representa esas ansias de vida cuando vemos que se nos escapa. Decía el tío de un amigo mío, un mozo viejo de aquellos solterones de antes que todavía trataban de saltar corrales superando achaques y reumas, que las mujeres cuanto más viejas eran mejores en la cama.
-¿Y eso por qué? -le pregunté.
-¡Porque cada polvo que echan lo echan como si fuera a ser el último!
Así el tiempo.
Lamentablemente.
15 octubre, 2010 a las 18:22
Es interesante la anécdota que cuentas. Aplicable a todo, en realidad, porque como no sabemos cuándo vamos a morir, muchas veces pasamos por la vida sin disfrutar plenamente de lo que ésta nos ofrece. Por lo mismo y según cuentan, las enfermedades graves que superamos nos permiten aprender a ver el mundo con ojos diferentes.
15 octubre, 2010 a las 13:41
No me gusta el paralelo de la ancianidad con los animales, pero si hay alguna semejanza es porque los perros cuando están en jauría están confusos y sólo tienen un objetivo. Abrazo y buen finde.
15 octubre, 2010 a las 14:34
Y sin embargo en esa contradicción, creo yo, radica buena parte de la fuerza del micro: suponemos a los ancianos como seres pacíficos y bondadosos. ¿Puede ser así una jauría de perros? Por otro lado, ¿no son los ancianos animales?
Abrazos fuertes, Silvia, y gracias por dejar un comentario tan sugerente.
PABLO GONZ
15 octubre, 2010 a las 15:48
Aterradora imagen. No sé porqué pero pensé inmediatamente en un vetusto grupo de la inquisición buscando quemar en la hoguera libros, ideas jóvenes, nuevas o diferentes. Saludillos de fin de semana
15 octubre, 2010 a las 18:24
Hablando desde un punto de vista claramente egoísta, me encanta escribir estos hiperbreves de significado tan abierto y poder atender a cómo cada cual los reviste a su modo. Mi imaginación se desarrolla con los aportes ajenos y eso me agrada mucho.
Abrazos agradecidos, Puck, y que tengas un buen fin de semana.
PABLO GONZ
15 octubre, 2010 a las 15:59
Me parecen muy simpáticos estos ancianos, están en la flor de la senectud 🙂 Por qué los jóvenes pueden unirse y los abuelitos no? Que Dios les conceda una buena salud.
Delicados abrazos gerontófilos y buen fin de semana.
15 octubre, 2010 a las 18:26
Otra interpretación cargada de fuerza. «Ancianos en la flor de la senectud», ¡maravilloso!»
Gracias, Tatiana, y que lo pases muy bien este fin de semana. Gracias por venir,
Павeл Данилович Гонц
15 octubre, 2010 a las 17:16
Seguro que sus ladridos son sabios.
Un abrazo Pablo.
15 octubre, 2010 a las 18:28
Seguro que sí. O, por lo menos, experimentados.
Abrazos fuertes, Tor.
PABLO GONZ
15 octubre, 2010 a las 19:10
Cuando vivía en Alemania siempre quise preguntar a los viejos sobre la gran guerra. Pero no había viejos. Sólo había viejas. Viejas en el autobús. Y siempre reían. ¿Cómo iba a preguntarles nada?
Abrazos gerontonoséqué
15 octubre, 2010 a las 19:20
Es verdad, Gabriel. Yo viví en Munich entre los años 1991 y 1992. Y se veían muy pocos viejos. Los que sobrevivieron estaban tullidos o no tenían ganas de hablar con nadie (tullidos).
Abrazos gerontoalgo y que tengas un estupendo fin de semana,
PABLO GONZ
15 octubre, 2010 a las 19:34
Pablo es espeluznante el micro. Así de sencillo así de complejo. Unir las palabras jauría y ancianos ha sido un acierto. Salen miles de historias de ahí: qué pasó antes, cómo han llegado a esa situación, qué harán, qué buscan…perfecto.
15 octubre, 2010 a las 19:42
Rosana,
Me honras con tu visita y con tus palabras. Con permiso guardaré copia de este comentario en mi carpeta de inolvidables porque viniendo de ti adquiere muchísimo valor.
Un abrazo muy fuerte y gracias por venir.
PABLO GONZ
15 octubre, 2010 a las 19:41
El término ANCIANO, se ha prostituído por convenecias empresariales y cálculos de actuaría que tienden a mostrar una igualdad de circunstancias donde no la hay.
Tal como el principio actuarial que indica que si mi vecino tiene seis coches y yo ninguno tenemos tres coches cada uno.
Al igual la edad es un sofisma y en la historia encontramos gran carga de lucidez y potencia en edades avanzadas,al igual que personas que decaen a temprana edad.
Los resultados de las prácticas discriminatorias que traen aplicar dichos raseros contra personas que han pasado de los 40, muchas veces son abusivos y tienden a suprimir del contexto social a gente que goza de plenitud de facultades.
Por otro lado, si hubiese más conciencia la sociedad lucharía por garantizar estímulos económicos al llegar a ciertas edades, ya que la mayoría llegaremos a cumplirlas y redundaría en nuestro bien.
15 octubre, 2010 a las 19:48
Suscribo letra por letra tu comentario, Carlos. Los prejuicios sociales pesan sobre todos los grupos etarios así como sobre los géneros. Este tipo de microdiscursos como el que acabas de pronunciar nos alejan de esos prejuicios y les restan fuerza. Muchas gracias por ello.
Abrazos fuertes,
PABLO GONZ
15 octubre, 2010 a las 20:24
Ya lo han dicho más arriba, pero no por eso voy a dejar de decir lo que me parece, aunque me repita, ¿no crees? La imagen es inquietante, realmente turbadora, zozobra en estado puro. Y mientras esto escribo, me voy a la RAE a comprobar exactamente el significado de «jauría», y leo la segunda acepción, con tu imagen todavía fresca en mi cabeza, y casi se me ponen los pelos de punta. Y no exagero aunque yo siempre tienda ligeramente a la exageración. ¿Te los imaginas, persiguiendo con saña a otro grupo, a un grupo de jóvenes, por ejemplo? ¿Te los imaginas? ¿Te imaginas a los jóvenes desvalidos, indefensos, temblorosos escapando de la jauría de ancianos? Tremendo.
Abrazos contenidos y trémulos.
15 octubre, 2010 a las 20:55
Te agradezco mucho tu comentario, Iván. Con tu «tijera de Lish» abres el micro para mirarle los entresijos. A mí también me parece inquietante este hiperbreve pero te confieso algo: pensé que a lo mejor su extensión era insuficiente para transmitir el sentimiento. Veo que en tu caso bastó, y entonces a mí ya me vale.
Abrazos desbordados y aun así trémulos.
PABLO GONZ
15 octubre, 2010 a las 20:38
siempre es así aunque no lo creamos, echo un vistazo al resto
15 octubre, 2010 a las 21:03
Pase adelante, don Jesús. Bienvenido por estos lares.
15 octubre, 2010 a las 20:42
por cierto ¿dónde está a la venta tu libro de la saliva del tigre?
15 octubre, 2010 a las 21:06
Lo vendo yo, pues. Del autor al lector. 10 euros de nada (incluidos los gastos de envío). ¿Adónde te lo mando?
Abrazos fuertes,
PABLO GONZ
15 octubre, 2010 a las 21:19
Te mando un correo electrónico al que tienes publicado. Y por cierto, el problema no es la desnudez o no del payaso, sino «el día que nos obligaron a vestirnos».
15 octubre, 2010 a las 21:22
Jajaja. Espero tu mensaje, Jesús, y que mi broma no te haya caído mal.
Abrazos desnudos,
PABLO GONZ
15 octubre, 2010 a las 21:51
Es una joya este microrrelato. Me sorprendió cuando lo leí la primera vez, y el efecto sigue.
Un fuerte abrazo
16 octubre, 2010 a las 12:14
Muchísimas gracias, Baizabal. Como contaba antes, no le tenía mucha fe a este hiperbreve. Pensé en contar la historia (o la imagen) de un modo menos comprimido pero al final opté por el riesgo. Parece que así viaja mejor.
Abrazos fuertes,
PABLO GONZ
15 octubre, 2010 a las 21:51
La jauría es solidaria pero destructiva hacia los demás . Abandonan su condición de sumisión y lealtad porque se ven abandonados y solos. Estrategia de equipo. Mentalidad de supervivencia.
16 octubre, 2010 a las 12:19
Así es. Pocas cosas me producen más terror que las jaurías humanas, esos grupos enceguecidos (de seguidores fanáticos de un equipo, partido o religión) que dejan a un lado sus responsabilidades individuales para entregarse al furor de los ladridos y los mordiscos. En ese ambiente surge, sin duda, el verdadero héroe: aquel que es capaz de pararse delante de esa masa y decir «no». ¿Resultado habitual? El atropello.
En fin, muchas gracias, Fernando, por tu comentario, tan sugerente, y bienvenido por estos lares.
Un cordial saludo,
PABLO GONZ
16 octubre, 2010 a las 10:21
Esta mañana comentaba mi padre, dejándome perplejo:
-Me pregunto cuándo van a tomar medidas para atajar el aumento de la población mundial.
-¿A qué te refieres con tomar medidas? ¿Medidas tipo «solución final»?
-No me extrañaría que terminaran haciendo eso con nosotros, los mayores de 75 años -respondió, medio en broma medio en serio…
16 octubre, 2010 a las 12:27
Yo no creo que lleguen nunca a implementarse medidas de exterminio masivo. Sí, quizás, medidas severas de control de natalidad. Por otro lado, las sociedades son «autopoyéticas» (según el término de Humberto Maturana), es decir, que se autorregulan. Aumenta la población, con ella el hacinamiento; disminuye la salud, se eleva la mortandad. De este modo, si no existe una política saludable para el planeta en su conjunto, el planeta se regula por sí mismo (con toda la crueldad de los sistemas ciegos). ¿Padecimiento? Mucho.
Un abrazo, Odys, y gracias por venir. Enlacé tu blog para poder llegar a visitarte.
PABLO GONZ
16 octubre, 2010 a las 15:22
MI AMIGO, ¿PARA QUÉ AGREGAR «DE PERROS»?
COMO INTEGRANTE DE ESA JAURÍA, ATRAVIESO CASI A DIARIO LAS CIUDADES , TRATANDO DE EVITAR LOS LATIGAZOS DE LOS PERREROS. DEBO CONFESAR QUE A VECES LOGRO HACERLO.
CUANDO ALCANZO LA OTRA PUNTA, A PESAR DE LOS PUAZONES, LES HAGO PITO CATALÁN.
MIJAEL BEN ARIEH
16 octubre, 2010 a las 15:37
Bueno, Mijael, es que los ancianos de mi relato son los de ese relato; no necesariamente los de nuestras ciudades que no están preparadas, desde luego, para ningún tipo de anciano.
Pregunta: ¿Qué es «pito catalán»?
Abrazos fuertes y gracias por venir.
PABLO GONZ
16 octubre, 2010 a las 15:35
ESTIMADO PABLO:
¿NO CREES QUE EN ALGUNOS MOMENTOS DE LA HISTORIA DE LA HUMANIDAD, EXISTIERON INDIVIDUOS O GRUPOS DE EXTERMINADORES QUE PROGRAMARON PROYECTOS DE EXTERMINIO MASIVO?
DESEO ENVIARLE AL PADRE DE ODYS MIS CÁLIDOS SALUDOS POR TENER CONCIENCIA DE LA CRUDA REALIDAD. ESTOY CONVENCIDO DE QUE YA HA NACIDO QUIEN ESTÁ PROGRAMANDO LO QUE EL PIENSA.Y ME PERMITO AVISARLE QUE SU PAPÁ HABLA EN SERIO.
MIJAEL.
16 octubre, 2010 a las 15:39
Claro que ha habido exterminadores, Mijael. Y los habrá en el futuro. Pero me cuesta pensar que algún político actual sea capaz de proponer hoy esa «solución final» que más bien me parece el principio de muchos problemas antes que una solución.
Más abrazos,
PABLO GONZ
16 octubre, 2010 a las 15:35
Tu micro me recordó al Diario de la Guerra del Cerdo, de Bioy Casares, pero a la inversa.
16 octubre, 2010 a las 15:40
Lo buscaré, Malena. De momento, ¿algún dato más preciso? No he leído ese libro y me pierdo el sentido de tu comentario.
Un fuerte abrazo y gracias por venir.
PABLO GONZ
16 octubre, 2010 a las 16:28
Iban a la agencia de viajes para sacar los billetes de las vacaciones del Imserso, seguro.
Un saludo.
16 octubre, 2010 a las 18:37
Lúdica tu interpretación, sí, señor. Nos vemos por Caxigalines.
Abrazos fuertes,
PABLO GONZ
16 octubre, 2010 a las 16:41
Al pie de esta biografía de Bioy Casares hay un resumen del libro:
http://es.wikipedia.org/wiki/Adolfo_Bioy_Casares#Resumen_de_la_Obra:_Diario_de_la_Guerra_del_Cerdo
Estoy segura que te gustará mucho. Cuando puedas, leelo.
También se hizo una película bastante bien adaptada en 1975, pero no creo que esté disponible online.
PD: aclaro que no fui al estreno. 🙂
16 octubre, 2010 a las 18:43
Gracias, Malena. Leí el resumen y me tinca mucho, como se dice aquí en Chile. Últimamente me sedujo «Dormir al sol» y creo que voy a terminar por convertirme en fan de Bioy. De Borges he leído todos sus libros clásicos pero me pasa con él que me va hastiando. Con Bioy es al revés. Parte de un horizonte menos brillante pero va creciendo y creciendo. Quizás por eso ambos hicieron tan buena amistad.
En fin, muchas gracias por los datos. Aprendí y se me encendieron las ganas de leer el «Diario de la Guerra del Cerdo». ¡Qué título tan increíble!
PABLO GONZ
16 octubre, 2010 a las 19:35
Gracias for coming to visit my post! It is always so wonderful to meet new people from all over the globe. Peace to you, Anita
16 octubre, 2010 a las 19:51
You’re welcome, Anita. It was a pleasure. Nice to meet you,
PABLO GONZ
16 octubre, 2010 a las 21:19
Obrigada, Pablo, por tao simpaticas e gentis palavras sobre Portugal e os Portugueses!
E muito bem-vindo ao Terras Lusas e tambem ao Presepio , o meu blogue sobre os Paises Baixos-onde vivo- e as minhas viagens pela Europa.
No Verao, estive tambem em Espanha e vim encantada!!!
Bom Domingo! 🙂
16 octubre, 2010 a las 21:36
Gracias a ti, Sandra, por devolverme la visita. Me puse a navegar por fuera de mis rutas habituales y me encontré con muchas cosas bonitas. Las fotografías de tu blog me trajeron al recuerdo tantos buenos momentos. ¡Bello Portugal!
Abrazos fuertes,
PABLO GONZ
17 octubre, 2010 a las 17:09
Hello Pablo:
Thank you for visiting my blog and leaving me a comment. Do you have a translater for your blog as I am not able to understand your languauge? Ciao…
18 octubre, 2010 a las 12:24
Here you have a universal translator. Perhaps it is useful for you, Sherry. Thank you for your interest in my blog.
Kisses,
PABLO GONZ
http://translate.eu/
17 octubre, 2010 a las 22:34
Uff, si que da miedo.
No se porque razón nada más leer este texto me ha venido a la mente una película francesa que vi hace algún tiempo titulada «Les revenants», imaginaos lo que podría ocurrir si de repente un día los muertos vuelven a la vida y hubiera que reintegrarlos en la sociedad… (No, no es una pelicula de zombies, los resucitados no son asesinos voraces sino los queridos familiares de los habitantes del lugar.)
Recomiendo su visionado, el argumento es muy interesante. Saludos.
18 octubre, 2010 a las 12:26
Pues es muy posible que ésta sea la película que me impresionó siendo niño. O quizás es otra. Recuerdo a viejos montando en triciclos. Era una cosa muy rara que me caló muy hondo. Buscaré la peli para verla.
Abrazos fuertes, Gotzon, y gracias por venir.
PABLO GONZ
18 octubre, 2010 a las 16:09
La pelicula es del año 2004, aquí tienes la ficha de imdb: Les revenants (2004)
18 octubre, 2010 a las 16:15
Gracias, Gotzon. No debe de ser la misma que yo vi porque recuerdo que aquella era en blanco y negro. En todo caso, puede que sean mis recuerdos, que envejecieron. ¡Impresionante la imagen de los muertos invadiendo las calles!
Abrazos fuertes y de nuevo gracias por el aporte.
PABLO GONZ
22 octubre, 2010 a las 16:06
ESTIMADO PABLO:
LO DEL PITO CATALÁN ES UNA FORMA GESTUAL DE BURLA HACIA EL OTRO. EN MIS EPOCAS DE GUAGUA (COMO DICEN POR ALLI DE LOS NIÑOS PEQUEÑOS) ESTA FRASE SE ESCUCHABA A MENUDO PARA INDICAR ESA ACCION.
EJEMPLO: «A TODO LO QUE PIDO LE HACES PITO CATALÁN»
PARA LA ACCION DEL PITO CATALÁN, SE COLOCA EL PULGAR SOBRE LA NARIZ Y SE HACEN BAILAR LOS OTROS DEDOS COMO TOCANDO LA FLAUTA Y MOSTRANDO GESTOS GROTESCOS, COMO DE BURLA.
ESPERO QUE NO LE HAGAS «PITO CATALÁN» A ESTA ACLARACIÓN.
MIJAEL
22 octubre, 2010 a las 17:51
En absoluto, Mijael. Encantado de haber aprendido a designar por su nombre al pito catalán, gesto que conocía pero que jamás imaginé que se podía designar con estas dos palabras.
Abrazos fuertes y gracias por la aclaración,
PABLO GONZ